Socarrada y Mala Vida son dos sellos que han mantenido trayectorias paralelas desde que nacieron hace ahora una década. La primera es la marca de una de las primeras cervezas artesanas valencianas, proyecto desarrollado por un grupo de emprendedores entre los que se encontraba Rafa Suñer, hoy maestro cervecero en Bodegas Arráez. Por su parte, Mala Vida fue el germen de la línea de vinos canallas que ha desarrollado el enólogo Toni Arráez durante la última década, un vino convertido en icono que ha sido el gran «superventas» de Bodegas Arráez.

Precisamente el proyecto desarrollado alrededor de Mala Vida permitió a los Arráez diversificar su línea de productos, creando hace ya unos años una cerveza con esa marca producida por el equipo de Socarrada. Ahora, ambos sellos se cruzan en el camino con la incorporación de Socarrada al «universo» Arráez. En la decisión hay algo de personal (Toni ha mantenido siempre una estrecha relación con el equipo de la cervecera), pero también de estrategia comercial, ya que con la incorporación de Socarrada Arráez abre una nueva línea de negocio en la compañía con tres cervezas diferentes: la clásica Mala Vida, la ya citada Socarrada (con un toque de miel de romero) y Er Boquerón, una cerveza elaborada con un porcentaje de agua marina.

Además, esta nueva línea comprende también acciones relacionadas con el turismo especializado, ya que desde la bodega están trabajando en el diseño de un plan de visitas bajo el nombre de «Birraturismo» que permitirá a los aficionados a la cerveza artesana conocer los secretos de estas tres referencias valencianas.