La Denominación de Origen Protegida Utiel-Requena es la región vitivinícola más homogénea de la Comunitat Valenciana y una de las de mayor extensión de toda la península. Engloba a un total de nueve municipios del interior de la provincia de Valencia —Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel—, con una extensión superior a las treinta mil hectáreas de viñedo, de las que cerca del 70 % están ocupadas por la variedad de uva Bobal. La pluviometría e insolación media anual, unidos al tipo de suelo predominante en la zona y la altitud media (entre 600 y 900 metros sobre el nivel del mar), convierten a esta denominación de origen protegida en un territorio único para el cultivo de uva de vinificación. El Consejo Regulador de la DOP Utiel-Requena representa a más de 6.000 viticultores. El sector del vino es en esta zona del interior de la provincia de Valencia el principal motor socioeconómico, ya que, al margen del elevado número de agricultores relacionados con el Consejo Regulador, un buen número de vecinos de la comarca trabajan en bodegas o en empresas vinculadas de un modo u otro con el mundo del vino.

Visto así, queda claro que el sector del vino tiene un peso vital en Utiel-Requena, pero el Consejo Regulador ha conseguido además convertirse en el garante del origen de todo un pueblo. En estas tierras ya se venía elaborando vino en tiempos de los íberos, hace casi tres mil años, por lo que su principal patrimonio, los viejos y expresivos viñedos, han pasado de padres a hijos, transmitiendo generación tras generación el amor y respeto por la naturaleza.

Así, hablar hoy de la DOP Utiel-Requena es hablar de vinos finos y elegantes, a la altura de los mejores de todo el mundo, pero también es hablar de compromiso y pasión por una tierra que ha dado lo mejor de sí para que variedades de uva autóctonas como la Bobal o la Tardana, o castas internacionales como la Merlot, la Pinot Noir, la Chardonnay o la Sauvignon Blanc encuentren el mejor emplazamiento para fijar sus raíces.

ADN Bobal

Pero en los últimos años, además de defender el origen de todo un pueblo, el Consejo Regulador de la DOP Utiel-Requena ha trabajado para configurar una identidad propia y reconocible alrededor de la variedad de uva que mejor les representa, la Bobal. Denostada hace décadas por su rusticidad y su dificultad para la vinificación, una nueva generación de enólogos comenzó a fijarse hace una década en esta uva tan singular y versátil. Antes ya algunos habían allanado el camino, como Félix Martínez en Vera de Estenas, los Cárcel en El Rebollar o incluso Pablo Osorio en Murviedro, con unas primeras añadas de Corolilla que comenzaron a poner en el mapa de los varietales mejor valorados a la Bobal.

Hoy en día muy pocas, sino ninguna, de las más de cien bodegas que trabajan en la demarcación territorial de la DOP Utiel-Requena no tienen en su porfolio un vino hecho a partir de esta variedad de uva. El Consejo Regulador, sensible a esa tendencia, se ha dedicado a desarrollar durante los últimos años diferentes acciones de comunicación para que tanto los profesionales del sector (prescriptores, sumilleres y jefes de compra) como los propios consumidores identificasen a esta tierra con los vinos de Bobal. En este sentido, la Denominación de Origen ha liderado iniciativas de hondo calado en el contexto internacional, donde poco a poco se ha ido incrementando el volumen de negocio hasta alcanzar casi dos tercios del total de botellas comercializadas por las bodegas de la zona. Precisamente esa vocación exportadora ha servido para amortiguar en la medida de lo posible los efectos comerciales producidos por la situación de pandemia en la que nos encontramos, al no depender exclusivamente de un mercado o canal de venta concreto.

La versatilidad de esta variedad de uva permite también a los elaboradores de la zona apostar por diferentes tipologías de vinos. Desde los típicos rosados de Bobal (que se caracterizan por su intensidad aromática, su carácter frutal y su frescura) hasta los tintos de guarda (vinos muy complejos, ricos en matices y con gran capacidad para sobrevivir al paso del tiempo), el sector ha logrado configurar una línea muy diversa de vinos en los que la palabra Bobal figura en primer plano, asociando esa variedad con este territorio.

Con tantos siglos de tradición, la zona de Utiel-Requena también se ha convertido en referente para enoturistas. Decenas de bodegas han apostado en los últimos años por hacer sus instalaciones accesibles al público, organizando eventos y actividades que consiguen generar una experiencia de primer nivel para el visitante. El Consejo Regulador también está muy implicado en todo lo relacionado con el enoturismo, e incluso su propia sede (la Bodega Redonda de Utiel, una singular construcción compuesta por dos edificios, uno de planta circular y otro rectangular que fueron empleados como bodega de elaboración en los siglos XIX y XX) cobija el Museo de la Vid y el Vino de la Comunitat Valenciana, albergando en su interior colecciones de antiguos aperos de labranza, herramientas y utensilios, así como una zona sensorial en la que se pueden descubrir todos los aromas del vino y una colección de botellas que repasa toda la historia reciente de la DOP Utiel-Requena