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Ana Morgade Humorista

"Poder reírnos de todo es un signo de salud"

Se «pelea» con el tiempo porque, dice, siempre llega tarde a los sitios y es muy fan de Kairos porque adora «la sensación de tiempo suspendido, de dejar la prisa pasarnos corriendo y descansar». Así es Ana Morgade, la cómica, monologuista, presentadora y un sinfín de cosas más, que debuta en la Sala Russafa con «Porvenir», un obra donde los personajes se ven obligados a decidir cómo quieren vivir su madurez.

«Poder reírnos de todo es un signo de salud»

Ana Morgade aparta su rol de monologuista y cómica para compartir escenario en «Porvenir» con Ignacio Soriano, Paloma Córdoba, Borja Cortés e Ignacio López. Este último, además de intérprete, es el creador de la dramaturgia y director de este espectáculo en el que un exitoso cirujano, un profesor universitario, un jefe de prensa de un partido político y una publicista que sueña con ser escritora tendrán que analizar sus vidas, ver si son ellos quienes llevan las riendas o se están dejando llevar. Pero, sobre todo, los personajes se verán forzados a decidir cómo quieren que sea su madurez, su porvenir. Y si quieren que este tiempo futuro venga marcado por Kronos o por Kairos...

«Poder reírnos de todo es un signo de salud»

¿Cómo te sientes de diosa?

¿En la vida? Cero. Prefiero manejarme en el plano mortal y no cargar con el lío de ser omnipresente y omnisciente, que no te deja sentarte ni un minuto. En las tablas, ser diosa es al mismo tiempo un privilegio y una condena: todo lo ves, todo lo sabes, pero a veces no puedes ayudar desde tan arriba.

¿Qué es «Porvenir»?

Una reflexión de cinco seres humanos que ya no son jóvenes promesas, pero aún no son viejas glorias. En ese ínterin estamos muchos y muchas, preguntándonos qué es lo que se supone que tendríamos que hacer, y qué hemos hecho mal, o bien, o no hemos hecho en absoluto.

Y tu, ¿cómo quieres vivir el futuro?

Encontrándomelo todos los días. Me gusta mucho la historia del barrendero de Momo, que para barrer una gran escalera se concentra solo en el escalón siguiente, para no abrumarse.

¿Es una pregunta que te planteas muchas veces?

Tengo un bebé, no me da la vida para ponerme filosófica…

¿Eres más de Kronos o de Kairo?

Me peleo mucho con Kronos, porque siempre llego tarde a todos lados, y soy muy fan de Kairos porque adoro la sensación de tiempo suspendido, de dejar la prisa pasarnos corriendo y

descansar. ¿Sabes de lo que soy enemiga?, de que me llamen de usted, porque no soy tan mayor.

«Poder reírnos de todo es un signo de salud»

Visto lo visto, ¿te da miedo lo que está por venir?

A ver, la cosa está para tenerle respetito, no digo que no. Pero yo intento no bajarme en la medida de lo posible del barco de la esperanza. Parece que, de ello, bromas pocas. Para mí, todo lo contrario. Poder reírnos de todo es un signo de salud. Es la única solución que hay a veces a los peores problemas. Reírnos nos permite alejarnos lo suficiente de un dolor para que ya no nos haga daño. Y eso es muy saludable.

¿Sobre qué no bromearías?

Sobre cualquier cosa que no me haga gracia a mí.

Teatro, radio, televisión... ¿cómo te lo organizas para poder conciliar?

Te has dejado un bebé, el trabajo más entregado que tengo. Y creo que ayuda mucho que todos mis trabajos me encantan. Siempre es más fácil encontrar tiempo para lo que te gusta. Para planchar, por ejemplo, nunca encuentro hueco. ¿Ves?

Cada vez hay más mujeres humoristas y sus espectáculos tienen mucho éxito. ¿Es otro techo de cristal roto?

No, el techo está, y aún hay muchos que lo quieren bajar más todavía. Las mujeres humoristas siempre estaban ahí, lo que no existía era el espacio para que se expresaran, para que se convirtieran en un fenómeno, y para que cobrasen en condiciones. Es una alegría que cada vez haya más visibilidad, pero seguimos sufriendo el estigma de representar a todas las mujeres, porque si una no es graciosa, nos culpan a todas. Además de tener que ser mejores que muchos hombres para ser consideradas o respetadas. Hay mucho camino recorrido, pero mucho por recorrer aún.

«Poder reírnos de todo es un signo de salud»

Aun así, parece, que hay un cierto prejuicio hacia las cómicas.

Exacto, nadie ha visto un show mediocre de un señor cómico y ha salido del teatro diciendo: ‘es que los tíos no tienen gracia, lo sabía…’

Con las redes, parece que todo el mundo se cree que puede ser humorista. ¿Esto devalúa la profesión?

Yo creo, de verdad, que todo el mundo puede ser humorista. Hacer reír no es difícil, todos lo hacemos en nuestras vidas cotidianas, y es un ejercicio magnífico. Y, además, es una virtud de los humanos. Lo difícil es ser muy buena, y más difícil aún es ganarte la vida con ello.

¿Cómo te llevas con ellas?¿Con quién? No entiendo la pregunta. ¿Con las comedias? Maravillosamente. ¿Con las cómicas?

Pues con las que conozco, que no son todas, claro, porque hay muchísimas, bastante bien. De hecho, algunas son de mis mejores amigas. ¿Que cómo me llevo con las tablas del

teatro? Fabulosamente, nos amamos muchísimo.

¿Y con las entrevistas?

Me encantan, pero pinta que ésta está llegando a su fin.

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