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Una oda a los actores teatrales olvidados en el fondo del espejo

Una oda a los actores teatrales olvidados en el fondo del espejoLevante-EMV

La compañía andaluza La Zaranda cumple 45 años encima de los escenarios. La prestigiosa agrupación celebra este aniversario de la mejor manera posible mediante el estreno de la obra «Manual para armar un sueño». La representación aterriza hoy y mañana en el Teatre El Musical de València. No obstante, reconocen que, a pesar de estos años, «hay poco que celebrar y mucho que agradecer a la vida». Ellos saben de primera mano que no es fácil resistir durante casi medio siglo en este oficio, que podría compararse con una montaña rusa. 

Ellos mismos se autodenominan Teatro Inestable de Andalucía la Baja. Durante este tiempo, han conseguido un gran prestigio internacional y un lenguaje propio característico que siempre invita al espectador a la reflexión. 

Gracias a un riguroso proceso de creación en comunidad, del uso simbólico de los objetos, la expresividad visual y la plasmación de personajes vivos, La Zaranda se ha convertido un en referente teatral, que consigue superarse y romper todas las barreras en cada una de sus interpretaciones. «Manual para armar un sueño» no queda atrás. En palabras de la compañía, la obra es «una decidida oda a la esperanza, que quiere arrojar luz en las tinieblas de un mundo hostil a todo lo que escape a su comercio». Para ellos, la historia «sigue en busca de una luz, de un sentido, de un desbroce en el camino». 

Paco de la Zaranda es el encargado de dirigir a Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez en un espectáculo escrito por Eusebio Calonge. La historia cuenta las preocupaciones de un actor retirado. Así, en su nueva obra, el artista, que ha ido envejeciendo camerino a camerino, se mira en el espejo y rememora a los personajes olvidados. A través de un viaje infinito, que transcurre en el corto espacio que discurre entre un camerino y el escenario, el protagonista maquilla su íntima derrota -que no quiere asumir-, sus gastadas ilusiones y el desengaño que ensombrece sus días. Tal es el pesimismo en él, que no tiene suficiente vida para olvidar todas esas cosas que han muerto en él. Por eso, el protagonista escucha esas voces, que hacen que el alma le devolviera al cuerpo. «¿Y si volviéramos a la vida? Se preguntan estos personajes olvidados en el fondo del espejo», se preguntan durante la obra. 

La Zaranda.

La compañía reconoce que «en este presente estéril en que el hombre no parece estar a la altura de sus sueños, con sus últimas fuerzas, saldrá a irradiar esperanza en el escenario». 

En todo momento, el protagonista se encuentra aliado con el resto de personajes y se verá obligado a cruzar los laberintos, en los que los burócratas almacenan su desgana, sorteando, a su vez, los socavones que cubren las alfombras rojas de la fama. El personaje que, en todo momento, desafía la muerte y el olvido, muestra la esperanza por buscar la alegría que supone el reencuentro con el arte del teatro. La obra reflexiona, así, sobre los personajes olvidados en el fondo del espejo y que, tras los años y la vejez, notan las terribles consecuencias que comporta el paso del tiempo, tanto a nivel personal como profesional. Sin embargo, el protagonista no deja de buscar la luz en ningún momento de la obra. 

Canto a la esperanza

La esperanza es una de las características más representativas de las obras de La Zaranda, que permiten al espectador reencontrarse con el teatro en estado puro, con el ritual de la celebración en el que la vida imita al arte. En este sentido, el director del TEM, Juanma Artigot, recalca que la obra supone una «nueva oportunidad para disfrutar de una compañía histórica e imprescindible, de su poética y de su humor, que hará reflexionar al público sobre el teatro, la fama, el triunfo y el fracaso». No resulta extraño que la obra, considerada como una de las mejores de la compañía, contenga tintes autobiográficos, en los que se realiza un pequeño homenaje a toda su trayectoria. 

La Zaranda es una de las compañías con más proyección internacional. Los de Jerez recibieron el Premio Nacional de Teatro el pasado 2010. 

23 obras

La compañía jerezana ha realizado 23 obras, que bucean entre el Siglo de Oro y en las fosas del teatro clásico, durante estos 45 años de trayectoria. En todas ellas, utilizan una poética teatral propia, trascendente, pero haciendo, a su vez, uso de un lenguaje coloquial que conecta al espectador. Su objetivo es arrojar luz en las tinieblas de un mundo hostil. 

Los asistentes podrán disfrutar de esta función, a las 20 h, tanto hoy como mañana. El director Eusebio Calonge aprovechará su viaje a la ciudad para presentar "Vanas repeticiones del olvido. Obra dramática reunida (1992-2022)", en la que se converge una idea del teatro con una idea del mundo y de la vida. 

El dramaturgo ha hecho confluir la escritura durante treinta años. En sus palabras, estos han sido unos años de «transitar entre la luz y la oscuridad, la palabra y el silencio, en un mismo misterio». La edición, que se presentará este fin de semana, materializa y fija los frutos de estas años de andadura frente a la fugacidad del teatro representado. No es casualidad que el autor nombre a su prólogo «Preparar la ausencia». Sin embargo, en todas las obras de La Zaranda siempre ha habido algo de despedida.

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