Humorista | Goyo Jiménez

"Quiero que la gente salga del teatro mejor que ha entrado"

El Teatro Olympia despide el verano de la mejor manera posible. Ante la tristeza por finalizar las vacaciones, el cómico Goyo Jiménez pondrá su toque de humor hasta el próximo 3 de septiembre. 

Goyo Jiménez.

Goyo Jiménez. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

El humorista Goyo Jiménez podría considerarse un especialista en asuntos americanos. Reconoce que ha llegado a estar seis horas hablando de ello. Sin embargo, ahora regresa con «Misery Class» para retratar las miserias a las que se enfrenta la sociedad

¿Cómo está yendo el verano porque he visto que no has parado de hacer espectáculos?

Paramos en junio para tener vacaciones. Luego se estrenó el 'show' y ha ido muy bien. Hemos ido para arriba y para abajo. De momento, en todas las funciones se ha vendido todo. Lo estamos disfrutando, así que muy contentos.

¿Está teniendo buena acogida?

En todas las funciones, que han sido diez, el público ha terminado y se ha puesto en pie. O tenían mucha prisa o les ha gustado mucho. 

El espectáculo se llama "Misery class". ¿Crees que vivimos en una sociedad de miseria?

Vivimos en una sociedad de miseria moral, sin ninguna duda. A veces, tener tanto no te hace ser mejor persona. Por ejemplo, está la noticia de Neymar que se ha ido en un avión gigante sólo para él. Imagino que es una campaña para él, pero te preguntas por qué. Más allá de valorar el modelo de lo ostentoso, del dinero y del fíjate qué cochazo tengo, cuánto dinero manejo, qué bien me va en la vida, cuánto sexo tienes... Sobre todo, si no lo tienes como es mi caso. 

¿Somos una sociedad materialista?

Estamos en un momento de adolescencia. Aquí nadie quiere madurar, nadie quiere ser mayor. Estamos en una etapa de viva la fiesta, de no quiero pensar... Tampoco nos gusta el panorama que hay y un poco me dedico a reírme de eso, del comportamiento de mierdecita que tenemos. Da igual que tengamos 60 años porque te sigues comportando como un niñato.

¿Qué va a encontrar el público en este espectáculo?

Se va a ver muy divertido, se a ver en muchas cosas, en otras no... Pero, sobre todo, se va a sorprender por el formato porque es un espectáculo que está hecho a medida del público que venga esa noche. Intento dar el máximo por lo mínimo. Yo tengo una filosofía que en este espectáculo la llevaré que es dar liebre por gato. En un mundo en el que todos te quieren estafar, mi idea es no estafar. Voy a trabajar más de lo necesario para que el espectador se vaya con la sensación de que por fin encuentra un sitio en el que poder confiar, relajarse y llevarse de más. 

Contabas que le debes el título a King África...

Sí. En un avión, coincidimos y lo pasaron al fondo y djo que le tocaba ir en "misery class". Me gustó porque un avión es una metáfora aséptica y rápida de la sociedad. Hay gente que tiene más espacio, más calidad de vida, pero no sólo eso, sino el trato, la atención, tener un asistente en cabina para cuatro y el resto te maltratan. El aeropuerto y el avión estratifican de forma muy clara lo que somos. Cuando lo dijo, me hizo mucha gracia porque "misery class" es lo último. Luego, es curioso porque hay estudios que dicen que los que van al fondo en la cola tienen más posibilidades de sobrevivir. Supongo que si lo supiesen los ricos, no querrían viajar delante.

Con este espectáculo, dejas atrás todo lo relacionado con lo americano.

Saqué la primera parte, luego la segunda y me sobró muchísimo material y preparé una tercera. Estos últimos años ha sido una bestialidad porque hacía un espectáculo diferente en Madrid. Eran seis horas de 'show'. He acabado destrozado y necesitaba cambiar de chip. Necesitaba contar cosas que veo en la sociedad, de mí como persona y quiero contar cosas mías.

¿Tienes pensado retomar esta temática?

Sí, esto es impepinable. Cuando lo hago, me dicen que cuando voy a dejar los americanos y, cuando lo dejo, me dicen que cuando voy a volver. No falla. Es una constante en mi vida y me ha facilitado mucho el trabajo. Me ha hecho muy conocido.

Y al final no somos tan diferentes a los americanos.

No, nos hemos globalizado. En el fondo, somos todos lo mismo. Somos fans de Bad Bunny o lo odiamos. Se ha globalizado todo. Todo el mundo ve las mismas series, juega a los mismos juegos... Vamos a discutir menos, pero perdemos la diversidad. 

En la sinopsis de la obra dices que tienes una psicótica propensión a divagar. ¿Cómo es esto?

Soy una persona capaz de abrir la carpeta, la subcarpeta y la subcarpeta de la subcarpeta y volver otra vez. Una cosa que destaca es que desarrollo tantos temas y vuelvo al principal. Genera una especie de viaje fantástico. Al público le gusta mucho esa forma de trabajar y a mí me gusta esa sensación de poder afrontarlo e ir construyendo sobre la marcha. Cuando ves un humor que viene con guion, no gusta.

Con tanta divagación, ¿en casa necesitas silencio?

Soy una persona muy silenciosa. Cuando viajo con el equipo técnico, voy a mi puta bola. Soy muy propenso a meterme a mí mismo, pero cuando se me da pie, no callo. 

 ¿Crees que la risa y este tipo de espectáculos son imprescindibles para mejorar la situación en la que vivimos donde todo son malas noticias?

Siempre porque la vida no tiene sentido. No conozco el sentido de la existencia, por lo cual ya es para tomártelo a risa de salida. Me da la sensación que hemos enseñado tanto, que todo el mundo sabe. Cualquiera es un experto en todo. No vas a encontrar a nadie que diga que de eso no sabe. Parece que nos han quitado el futuro y que las cosas no van a ser mejores. Pobres de nosotros si no reímos. Me da la sensación de que nos hemos rendido y no está dispuesta a hacer cosas. Por eso, veo la desesperación de la gente joven que quiere hacer cosas. Hay que tener empatía. 

Y afecta a la salud mental...

Eso es una cosa tremenda. No sé si antes no se tomaban las medidas o ahora se ha multiplicado. Mucha gente me dice que el espectáculo le ha ayudado porque lo está pasando realmente mal. Recibo mensajes de agradecimiento, que me hace pensar que algo está pasando. La gente lo reconoce y hace todo lo posible por curarse. Se está tomando en serio. 

¿Has tenido que poner el veto en algún tema por aquello de lo políticamente correcto?

Es otra forma de controlarnos. Me parece más desafiante tener que surfear en todo esto. Siempre hay que tener mucho cuidado cuando dices las cosas. Intento ser empático porque mi objetivo es que la gente abandone el teatro mejor que ha entrado porque ha invertido su tiempo y su dinero. No puedo fallarle. Eso no implica que venga alguien muy propenso a ofenderse. Hay mucha gente obtusa y lo obtuso es muy difícil porque requiere mucha pedagogía y el teatro no es para hacer pedagogía. Leo cosas en las redes que pienso por qué son tan obtusas. Están encerrados en una postura, no entienden los razonamientos de otros, no dialogan...

Supongo que para un humorista lo más difícil es aprender a reírse de uno mismo. 

Es difícil como para cualquiera. No queda otra, me toca reírme de mí. Soy patético en muchos aspectos de mi vida. Me han pasado tantas cosas vergonzosas y vergonzantes. ¿Qué haces? La lección que te da la vida es que te lo tomes a risa. Decidí que me iba a tomar muy en broma a mi mismo.

Dices que la obra surge desde tu visión del mundo como PERSONA y no como PERSONAJE. ¿Qué caracterizarías del Goyo persona y del Goyo personaje?

Como personaje, uno tiene una responsabilidad porque esperan cosas de ti. Como personas, a veces, que soy más cáustico, más canalla, me gustan las cosas más digeridas... Le doy la opción a la gente de elegir hasta dónde quieren llegar. Lo divertido es cómo lo presentas. 

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