Entrevista | Carminho Cantante

“Mucha gente me conoce en España por la versión con Pablo Alborán”

Carminho es una de las cantantes más reconocidas de la nueva generación de intérpretes de música portuguesa. Tras grabar su primer disco en 2009, con el que logró el Disco de Platino, su carrera musical se extendió por gran parte del mundo recorriendo países como Estados Unidos, Noruega, Turquía o China. En España, su trayectoria se extendió tras su colaboración con Pablo Alborán, que alcanzó el número 1 en España.

CARMINHO

CARMINHO / FernandoTomaz

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Carminho, considerada por muchos críticos como la "gran voz del fado", empezó a cantar con sólo doce años. Aunque, durante ese tiempo era "como una mascota graciosa", ha conseguido labrar un gran camino. Acaba de publicar Portuguesa, una vuelta al fado que incluye temas con música y letra de la propia artista y que interpretará en Les Arts el próximo 8 de febrero.

Te consideran la "gran voz del fado". ¿Realmente te sientes así?

No. Yo simplemente me entrego al fado como siempre, que es mi lengua materna. Lo hago con todo el amor y dedicación, pero no soy yo quién tiene que decir si soy buena o mala.

¿Qué significa para ti el fado?

Es mi instrumento de partida para decir lo que siento, mis ideas… Es la manera que tengo de poder expresarme. Es mi lengua materna, como el portugués. No sé realmente si empecé primero a hablar portugués o a cantar porque al mismo tiempo aprendí las dos cosas. Mi madre es cantante y en casa tenía esta influencia. Es una característica de mi vida, es algo que me identifica como un brazo o una pierna. Es sólo un instrumento, pero el discurso yo tengo que buscarlo. Por eso, es una manera de sentirme libre.

Tu familia siempre ha estado muy vinculada a la música y al fado. ¿Eso te ha abierto puertas?

De alguna manera, sí. El fado es una comunidad pequeña en Lisboa y en otras ciudades de Portugal. Todos se conocen. Pero sí que decían “la hija de Teresa Siqueira está cantando, tiene 12 años, qué gracioso”. Empecé con 12 años, era como una mascota porque era algo poco natural.

Ser hija de Teresa Siqueira, ¿supuso una presión añadida?

Nunca sentí la presión. Mi madre siempre fue muy tranquila y nosotros también. Mi madre es cantante profesional, pero se ha dedicado al círculo más cerrado del fado. Tuvo cuatro hijos, hizo su primer LP en 1900 y el segundo ahora. Es una carrera fuertísima para el género, pero en diferentes moldes. Cuando hice mi primer disco, ya era otra generación y con otro equipo. Fui haciendo mi camino de manera distinta a mi madre, pero siempre con su apoyo y su influencia.

Será un orgullo que en un mundo de reguetón, pop o música electrónica, la música portuguesa traspase fronteras.

El fado tiene que ser lo que quiere ser. Pienso que lo más importante es que las personas y los géneros se sientan naturales, espontáneos y verdaderos para que los artistas hagan lo que quieran. La gira es un orgullo, ya que iré a lugares variados. No siento que la electrónica venga a descubrir cosas. Cada género tiene sus posibilidades de crecimiento y sus límites. En todas las músicas hay evolución. Si hablas de electrónica, hablas de ritmo y de bits. Mi disco tiene electrónica, tiene guitarra eléctrica… Yo busco un sonido y ese sonido puede tener instrumentos electrónicos. Me interesa el sonido y la forma como llega puede ser distinta.

Yo busco un sonido y ese sonido puede tener instrumentos electrónicos"

Carminho

— Cantante

El fado siempre se ha relacionado con canciones tristes, pero en tu caso no es así.

El fado tiene más melancolía y tristeza, que canciones alegres. Hay mucha cosa alegre y también vas descubriendo músicas nuevas, que llevas a tu repertorio. A veces, hay una idea muy cerrada de lo que es el fado. El fado no sólo es triste y el flamenco es melancólico. Hay más pluralidad en los géneros. El fado puede ser muy alegre y describe las festividades que se viven, amores alegres entre personas… Hay mucha descripción del día a día, pero también puede ser triste. Es un sentimiento que nos invade. A la alegría y a la felicidad no le damos tanta importancia como la tristeza.

¿Qué destacarías del último disco?

Destacaría la idea de plasticidad del fado, de lengua viva que se puede mostrar contemporánea y olvidar el pasado. Es un género con 200 años, que se puede traer al presente. Es fascinante. En este disco, he trabajado en la construcción del repertorio y en las posibilidades y la vivacidad que tiene. No lo veo como un ejercicio de memoria o de tradición cerrada porque la tradición es muy personal. Tu tradición de Navidad es muy diferente a mi cena de Navidad. Probablemente no me voy a sentir festejando como tradicionalmente lo hago. Estas ideas de que el fado cree concentrar o limitar no me mueven. Me mueve saber que puedo manipular el instrumento al servicio de lo que quiero decir, de lo que está presente en las personas de mi edad, de la sociología o la política de hoy. Fue un disco de formalidad. El contenido siempre va a intentar ser nuevo y contemporáneo.

Con el disco recorrerás Francia, Turquía, Bélgica, Noruega o Alemania. Llama la atención que el fado viaje a países tan distintos.

Es verdad. Desde el primer disco, he tenido el privilegio de hacer este camino internacional y de cantar en lugares tan distintos como China o Estados Unidos. Es fruto del interés que mucha gente tiene en un género, que puede definir la personalidad de un pueblo con la guitarra, la forma de cantar… No quiero quedarme ejercitando la memoria, haciendo versiones y explorando lo que fue, sino interpretar lo pasado para llegar al presente. Ahora me interesa mucho más.

En España, ¿crees que tu música empezó a ser más escuchada tras tu colaboración con Pablo Alborán en "Perdóname"?

Sin duda. Ha sido uno de los momentos más felices y muy importantes de mi carrera. No esperábamos que hubiese tenido tanta repercusión. Al final, es una de las canciones de nuestra vida y de nuestras carreras. Ya había cantado fado antes en España, pero no con esta atención. Ahora tengo a más gente que me conoce, busca mi disco y las versiones. Me conocen por Pablo y es una puerta que se abrió. Pablo siempre me ha impulsado y fue muy generoso.

Fue arriesgado porque los dos estabais empezando a despegar.

Sí. Pablo llevaba cuatro meses de carrera. Tenía su primer disco en acústico y me invitó a hacer “Perdóname”. Ahora es una estrella que todos conocemos. Él podría haber invitado a cualquiera porque todos le aman, pero fue muy bonito, arriesgado y con coraje escoger el fado. Su intuición fue muy buena.

¿En tu tiempo libre qué música sueles escuchar?

En mi tiempo libre, escucho un poco de todo. Escucho música brasileña, americana, antigua, jazz, pop actual… Escucho música española y clásica. Un poco de todo, pero por fases. Cuando estoy en un género, lo escucho intensamente. Conocer es amar y, cuanto más conoces a un género, más te puede apasionar. 

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