Los ninots también se tatúan

El tatuador valenciano Sento Biosca ha participado en la elaboración de la falla Nicolau Andreu de Torrent del artista fallero Joan Torres

El tatuador con una de las piezas de la falla.

El tatuador con una de las piezas de la falla. / URBAN

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Egipto fue, probablemente, el país en el que se realizó el primer tatuaje hace cerca de 5.000 años. No obstante, el propósito de estos dibujos era muy distinto al actual. Estos diseños poseían un gran simbolismo, ya que pretendían prevenir enfermedades.

Durante todo este tiempo, el tatuaje ha ido evolucionando -sobre todo estéticamente- hasta llegar a los diseños que se conocen actualmente. Pocos son los rincones de la piel en el que los tatuadores no han plasmado sus dibujos. Sin embargo, el tatuador valenciano de No Land Tattoo Parlour, Sento Biosca, este año ha dado un paso más y tatuará algunos de estos dibujos en los ninots de una falla. Concretamente, este año los tatuajes se convierten en protagonistas de la falla Nicolau Andreu de Torrent.

Este tatuador lleva 27 años trabajando en el sector. A lo largo de estas tres décadas, Biosca ha dibujado figuras pequeñas y otras más grandes en distintos cuerpos. Sin embargo, en esta ocasión, el tamaño del encargo supera a todos los anteriores, ya que se ha encargado de diseñar los dibujos que lucirán los ninots de esta comisión de Torrent y que, posteriormente, han sido modelados por el artista fallero Joan Torres para esta falla que tiene como lema “Old School”.

Uno de los tatuajes de un ninot.

Uno de los tatuajes de un ninot. / URBAN

Torres siempre ha sido un aficionado de los tatuajes y, además, es cliente del estudio valenciano. Esta pasión ha comportado que el artista quisiera dedicar una falla a esta temática. Y este año ha encontrado la oportunidad. “Joan se puso en contacto conmigo, me contó el proyecto y acepté porque es algo nuevo y diferente, que me permite salir de mi zona de confort”, indica.

Tres imágenes icónicas

Tras varios meses de trabajo, el resultado final ha sido una falla de casi seis metros de altura y tres metros de base con tres figuras que hacen referencia a tres imágenes icónicas del tatuaje tradicional: un faro, un corazón atravesado con una daga y una sirena que lleva una serpiente enroscada en el cuerpo.

Los ninots se han convertido en los clientes de Biosca durante el proceso. Para llevar a cabo este proyecto, el valenciano ha utilizado rotuladores que imitan la línea gruesa que se utiliza en el tatuaje tradicional y, así, poder perfilar los contornos de las siluetas o los tatuajes que Biosca pintó directamente sobre la sirena. “Una de las cosas que tuvimos claras desde el principio es que la iconografía tenía que ser muy mítica y reconocible para todo el mundo, para que no sólo la pudiesen entender las personas familiarizadas con el mundo del tatuaje”, afirma el tatuador, quien realizó, en un primer momento, los diseños planos, que posteriormente se transformaron en figuras 3D.

Uno de los ninots de la falla.

Uno de los ninots de la falla. / URBAN

En este sentido, Torres reconoce que “el proceso ha sido algo complicado porque no ha sido sencillo pasar del 2D al 3D, utilizar el sombreado en negros o gastar tintas similares al tatuaje”.

Inicios

Biosca se adentró en el mundo del tatuaje hace tres décadas. Sus inicios, como en la mayoría de casos, fueron en su casa, donde tatuaba a sus amigos. Anteriormente, algunos de ellos ya le habían pedido algún diseño para plasmarlo en la piel. Un año y medio después, empezó a trabajar en un estudio y colaboró en varios proyectos de Estados Unidos, México, Australia o Brasil. Fue en 2016 cuando fundó su propio centro. “Ha habido un gran cambio porque ahora los tatuajes son más sociales y modernos. Esto no era tan común cuando empecé, pero ahora son más visibles. Muestra de ello es esta falla”, concluye el tatuador.  

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