Entrevista | Pau Durà Actor y director

"Los antihéroes son más interesantes"

El intérprete y director valenciano (Alcoi, 1972) vuelve a ponerse por tercera vez detrás de las cámaras con «Pájaros», un «road trip» de personajes que se buscan sí mismos a través de los otros. Durà dirige a dos grandes del cine español, Luis Zahera y Javier Gutiérrez, que se meten en la piel de dos perdedores que emprenden un viaje interior y por media Europa en busca de la garza perfecta, el perdón y un nuevo rumbo en sus vidas.  

Pau Durà.

Pau Durà. / Satnof

Begoña Jorques

Begoña Jorques

Lo mismo se pone detrás de una cámara que delante de ella. Pau Durà (Alcoi, 1972) estrena el próximo 5 de abril en cines su último largometraje, Pájaros, en el que dirige a dos de los actores españoles más aplaudidos: Luis Zahera y Javier Gutiérrez. Son los integrantes de una «extraña pareja», que se cruza media Europa en busca de una simbólica garza, en un trayecto que les llevará a encontrarse a sí mismos, a reconocer la culpa y, quizás, a autoperdonarse y darse una nueva oportunidad.

¿Cuántos pájaros en la cabeza tiene Pau Durá?

Para dedicarte a la dirección o para escribir hay que estar muy centrado, tener pocos pájaros en la cabeza porque el proceso es largo, hay que tener mucha constancia. Tener los ‘pájaros’ controlados. Realmente, te complicas mucho la vida. Cuando haces de actor está más tranquilo.

¿De dónde nace esta historia?

 Un poco como mis otras películas como director [Formentera Lady (2018) y Toscana (2022)]: a partir de la necesidad de buscar una historia chula, que combine un drama cercano a mi edad, con personajes que me son próximos, y con humor. La idea era tratar temas serios como el paso del tiempo, la familia, el desamor o la culpa través de una historia llena de humor y de ironía. Luego aparece la circunstancia del viaje, de cómo estos dos personajes necesitan salir de su ensimismamiento y recorrer casi 4.000 kilómetros por carretera para coger perspectiva y entenderse un poco mejor.

Es la historia de dos perdedores, cada uno a su manera. Estas historias siempre llegan al corazón. ¿Todos somos un poco perdedores?

Sí, sin duda. Hay empatía hacia ellos porque se alejan un poco de los héroes y se acercan más al antihéroe o al perdedor, como tú dices. Si hay algún culpable en sus dramas, en sus miserias y fracasos son ellos mismos. Creo que son más interesantes.

Durà, con Zahera y Gutiérrez.

Durà, con Zahera y Gutiérrez. / Satnof

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Los protagonistas dicen que su peor defecto es «ser un cobarde» y «dejar las cosas a medias». Reconocen su error.

Exacto, gracias al viaje y a los otros, a los que se cruzan en el camino. Como en todo viaje, desde La Odisea de Homero, todo te va modificando y te va llevando a entenderte y a ese momento en el cual te reconoces. El espectador les acompaña y hace el viaje con ellos, hay como una empatía y una comprensión. Me gusta retratar a los personajes y observarlos con bastante compasión. No me gusta hacer sangre, me gusta entenderlos y que ellos muestren todas sus miserias, pero también sus luces, y eso ayuda a que el espectador empatice más y se divierta también. Al final también es un viaje que divierte mucho al espectador porque hay emoción y silencio cuando toca, pero también risas. 

Ese formato de viaje siempre invita a reflexionar más sobre los personajes, es como una alegoría de ese universo interior. ¿Quiso jugar con esa metáfora?

El viaje es como paradigmático del paso del tiempo y de la vida. En este caso, además, se une la alegoría o el símbolo de los pájaros, del vuelo del momento. Uno de los personajes dice que ‘los pájaros son unos afortunados porque no son de ninguna parte’, van y vienen, vuelan. Reflejan la necesidad de ellos dos de convertirse en dos pájaros, de romper su jaula; necesitan salir, de dejar de mirarse el ombligo e intentar entenderse para poder situarse.

¿Podemos hablar ya de un sello Durà?

Creo que sí. Y mira que cada película tiene sus propias características, son diferentes las unas de las otras. Toscana era un ejercicio de comedia, muy teatral, que yo disfruté haciendo de actor también. Formentera Lady fue un viaje también interior, dentro de una isla. Era como encerrar un personaje en la isla. Y Pájaros es al revés, es un viaje de huida y de encuentro. Pero tienen algo común y ahora lo he visto: tiene que ver con los personajes, el tratamiento de la comedia y del humor. Trato no huir nunca del humor, aunque trate temas más serios. Pienso mucho en Alexander Payne, por ejemplo, un tipo al que admiro y con quien comparto su manera de mirar a los personajes, con compasión, ternura. Y, luego, la ligereza en las historias también me interesa. Ahí pongo el ejemplo de Nanni Moretti o del cine italiano y francés. Moretti habla de la ligereza, no como sinónimo de la banalidad sino como lo opuesto a la pesadez. Yo intento no ser pesado. 

Ha dirigido a dos grandes del cine español: Javier Gutiérrez y Luis Zahera. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Eso es allanarte el camino. Yo soy actor y me interesa mucho que los actores tengan la capacidad de la creación también, de hacer suyos los personajes, de crearlos a partir de lo que está escrito en un papel. Me he rodeado siempre de buenos actores, desde Pepe Sacristán en Formentera Lady a Malena Alterio o Edu Soto, en Toscana. Y con Javier y Luis ha sido una maravilla. 

Es habitual verle también delante de la cámara. ¿Dónde se siente más cómodo?

Llevo ya 30 años como actor y me lo paso muy bien, pero la responsabilidad es otra. Para escribir y dirigir necesitas sacar adelante muchísimo trabajo. Ahora estoy muy suelto en los dos lugares. Empiezo a estar más tranquilo detrás de la cámara, aunque siempre, tanto en un lado como en otro, no dejamos de aprender. Yo no las tengo todas conmigo nunca. El estar detrás de las cámaras es lo nuevo, aunque ya lleve varios largometrajes. Después de tres películas todavía es algo muy inesperado, puedo aprender más cosas, creo. Me gusta mucho.

¿Qué próximo proyecto tiene en mente o en marcha?

Tengo en marcha otra película ya, una comedia que voy a codirigir y de la que voy a ser actor también. Ahora vamos a empezar a moverla, a buscar financiación que es lo más difícil. Se trata de una historia también de personajes de entre los 40 y los 50 años, es urbana, va de relaciones sentimentales y un poco del caos en la madurez. La trama gira alrededor de dos hermanas y va muy en la línea de ese Woody Allen de los años 80 y 90. Es un pequeño placer que me he dado a mí mismo escribiendo esta historia. Me he divertido mucho y ahora tengo muchas ganas de hacerla realidad. Creo que es una historia que gusta mucho a los actores, es una historia de personajes con mucha comedia y también con drama, con ese drama coloquial del paso del tiempo. Ahí está otra vez mi sello, mis preocupaciones: la familia, el amor, el desamor, el sexo, el respeto al paso del tiempo. En definitiva, la dificultad de entrar en la madurez con la cabeza madura.

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