Los secretos matrimoniales, a juego

El Teatro Olympia acoge hasta este domingo la obra «La ilusión conyugal», donde los protagonistas, tras un juego, descubren las infidelidades y mentiras del otro. En la obra, ambos se quitan la máscara y se muestran cómo son realmente. 

"La ilusión conyugal", en el Teatro Olympia.

"La ilusión conyugal", en el Teatro Olympia. / URBAN

Saray Fajardo

Saray Fajardo

¿Hay que saber todos los secretos de nuestra pareja? ¿Hasta qué punto es importante conocer toda su historia? En muchas ocasiones, las parejas recurren a juegos para profundizar en los misterios de la otra persona. Sin embargo, y tras conocer algunas verdades dolorosas, estos juegos no siempre terminan de la mejor manera posible e, incluso, pueden llegar a convertirse en una auténtica pesadilla. Así lo recoge la obra «La ilusión conyugal» (Pentación Espectáculos), dirigida por Antonio Hortelano y protagonizada por Alejo Sauras, Ángela Cremonte y Álex Barahona. La obra, que aunque se enmarca en la comedia contiene tintes de drama, se podrá ver en el Teatro Olympia hasta el domingo 12 de mayo.

La historia, basada en la narración de Eric Assous, se centra en la pareja formada por María y Maxi. Una tarde, ella le propone un juego para saber en qué punto se encuentra su relación después de tantos años de monotonía. Durante el transcurso, ambos deben manifestar la cantidad de amantes que han tenido durante su matrimonio. El resto es historia. Ambos sacan a relucir miserias, mentiras e infidelidades que les muestran cómo son en realidad. Por fin han conseguido quitarse esa máscara detrás de la cual se esconden.

Diálogo directo y ágil

Sin duda, las relaciones de pareja es uno de los temas que más fascinan al director Antonio Hortelano, quien reconoce que «es difícil que una obra llegue al alma, pero es más difícil que lo haga un autor. De ahí, esa conexión tan personal con Eric Assous». Hortelano recuerda la primera vez que leyó sus textos y tuvo la oportunidad de participar como actor en el montaje de su obra «Nuestras mujeres». Ahora, afronta esta obra como director. Hortelano reivindica que las relaciones de pareja, la amistad o la mentira son temas recurrentes en muchos autores, pero, en sus palabras, «no consiguen establecer ese vínculo tan cercano, íntimo y personal de Assous». Añade que «el talento de este gran autor consigue alimentar mi pasión por contar historias sobre este tema que tanto me fascina». En la obra, se muestra «la vida misma», a través de un diálogo directo y ágil, repleto de sorpresas y revelaciones, con autenticidad y sin ningún artificio. Todo ello acompañado del humor. «Se cuentan verdades absolutas sobre la condición humana, donde las apariencias engañan y no todo es lo que parece», afirma. Estas ambigüedades se reflejan en la obra, donde cada personaje va desnudándose poco a poco para «llegar a desenmascararlos sin contemplaciones».

El espectador actúa como una especie de espía que, a través de la mirilla del teatro, va desnudando a estos seres de carne y hueso, que se enfrentan a su cruda realidad. En este sentido, la obra también aborda las diferencias existentes entre el universo masculino y femenino, el sexo, el amor o la moralidad.

Por su parte, la puesta en escena intenta conservar la esencia de la obra, para que sea ágil y divertida. El director compara las escenas con una partida de ajedrez, en la que «a veces, uno de los personajes parece ganar la partida y, de repente, una información da la vuelta al marcador y gana el otro». Para ello, los protagonistas sólo necesitan un salón para narrar la historia, al tiempo que se ocultan en la habitación, el baño o la cocina para reflexionar. «Mi objetivo es poder contar esta historia para que la gente disfrute de esta ingeniosa y brillante comedia y, por supuesto, conozca a este autor tan fascinante como imprescindible», concluye Hortelano. Es evidente que «La ilusión conyugal» plantea muchas dudas a aquellas parejas que acudan a presenciar la función y, tal vez , también desvele algunos misterios. 

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