Con apenas 7 años, Carlos Soler era de esos niños que merodeaba la Avenida de Suecia para pedir a los abonados de Tribuna si les sobraba algún pase y así poder ver gratis los partidos de su equipo, el Valencia Club de Fútbol, aquel conjunto hercúleo a los mandos de Rafa Benítez, en el que soñaba que algún día podría jugar.

Trece años después, Carlos no ha perdido su personalidad tímida, pero ya es el mayor emblema de presente y futuro del club, renovado hasta 2021 y con una cláusula de 80 millones de euros. «Sigo en el club al que siempre animé». Se cierra el círculo, el sueño se ha cumplido a lo grande pero, como dice el propio mediocentro, «lo mejor está por llegar».

El Valencia da un golpe en la mesa con la continuidad de Soler, seguido con lupa por clubes como el Bayern. En un contexto societario delicado, tras dos temporadas mediocres y pocas perspectivas a corto plazo, el club saca músculo con la renovación e insufla autoestima a todo su entorno. El proyecto regenerador del club pivotará en torno a Soler.

«Desde pequeño soy del Valencia. Entré con 7 años y ahora tengo 20. Con este contrato, que son cuatro años más, espero seguir vinculado al club que siempre he querido y siempre he venido a animar. Supercontento, es un día muy especial».

En declaraciones al club, Soler -que también ha visto aumentado su salario- aseguraba que estará a la altura de las circunstancias y de la exigencia que supone pasar a ser uno de los jugadores más representativos del primer equipo: «Ya no soy un jugador nuevo, ahora lo soy de la primera plantilla, conlleva una responsabilidad muy grande, pero tanto el club como yo daremos la talla. Que la afición confíe en nosotros, el año que viene esperemos que sea un gran año. Lo vamos a dar todo para dejar al Valencia donde se merece, donde siempre ha estado, que es arriba, en lo más alto».

Profundo conocedor del club, Soler reconocía que «al ser un chico de la casa», siempre había tenido «la ilusión» de triunfar en el Valencia. «Estoy muy contento por la afición, que me ha tenido un cariño muy especial durante toda la temporada, y por seguir muchos años aquí», añadía Soler, que también tuvo palabras de afecto hacia sus compañeros.

La renovación, trabajada en dos intensos meses de negociaciones, quedó plasmada ayer con una reunión a la que asistieron Layhoon Chan, Mateu Alemany -quien ha agilizado las conversaciones- y José Ramón Alesanco por parte del club, así como el jugador, su padre Antonio, y sus representantes Javier Cordón, Unai Vergara y José Rodríguez.

El mejor embajador

Con Soler, el Valencia no solo se garantiza la continuidad de uno de sus futbolistas de más futuro, también es el mejor embajador del próximo proyecto, que pretende ser regenerador y reconstruir el club apoyándose, en parte, en la esencia canterana.

Como detallaba ayer Levante-EMV, en los cinco meses que lleva en el primer equipo, con minutos, la repercusión social de Soler se ha disparado. Además de los valores que inspira, por ser el jugador de la casa que llega a la elite, ya es el tercer futbolista que más camisetas vende del primer equipo, solo superado por los dos fichajes de más peso mediático realizados esta temporada: Simone Zaza y Luis Nani.