De momento, la estructura del staff deportivo del Valencia no va a sufrir más variaciones. No está previsto que se fiche a ninguna cara nueva externa para que sustituya a José Ramón Alesanco. El cargo o se amortizará, siguiendo con el funcionamiento actual del departamento, o se promocionará a alguno de los integrantes de la remodelada dirección deportiva, como Vicente Rodríguez.

En todo caso, el Valencia pretende dotar de una nueva imagen a un cargo que había quedado muy condicionado por el carácter que transmitía Alesanco, huidizo, hermético y con un visible recelo al contacto con los medios de comunicación. Han sido contadas sus apariciones mediáticas y se convirtió en una estampa habitual que después de la sesión de fotos con cada nuevo fichaje, en el momento de las declaraciones, Alesanco bajase de la tarima y se sentase en primera fila, sin ofrecer declaraciones. Una conducta que contagió también para dificultar que se entrevistase a valores de la cantera que subían al primer equipo.

Esa falta de habilidad comunicativa ha afectado internamente a la hora de tratar la continuidad de promesas de la cantera que no se han podido retener. Igualmente, algunas de sus últimas decisiones han sido criticadas. La arriesgada apuesta para contratar a Lubo Penev como técnico del Mestalla llegó apenas a 48 horas de que el filial regresase a los entrenamientos tras las vacaciones de verano.

La ausencia de empatía ha ido desgastando su relación con el presidente, Anil Murthy. El ejemplo definitivo llegó con las presentaciones de Gonçalo Guedes y Andreas Pereira. En la lectura de su discurso escrito, nada improvisado, Murthy agradeció la labor desempeñada durante la regeneración de la primera plantilla en el mercado por parte de Mateu Alemany y Marcelino. Alesanco llegó al Valencia en 2015 por recomendación de Joan Laporta, buen amigo de Peter Lim, para hacerse cargo de la Academia del club.