El Valencia confirmó en el Bernabéu porqué es el peor equipo de la Liga en goles a favor: 11, en la cola junto al Valladolid. Falló cuatro ocasiones claras en una mejorada segunda parte tras una primera mitad bochornosa. Se salvaron de la quema Parejo, Santi Mina y Carlos Soler mientras el resto pasó una mala noche en el Bernabéu, en una semana negra tras la eliminación de Champions por perder en Turín ante la Juve. Hay que apuntar ya a las pésimas decisiones durante el verano: regalar a Zaza y comprar caro a Gameiro y a Batshuayi, infinitamente por debajo del italiano. Solo cabe vencer el sábado al Sevilla y reforzarse en el mercado invernal para paliar la falta de gol. Hay jugadores muy buenos muy tocados (Kondogbia y Guedes), y los siete fichajes, siete, han aportado poquísimo.

Un Valencia sin energía ni ideas causó vergüenza a sus seguidores en la primera parte. No jugó a nada, estuvo flotando en un limbo y solo la ausencia de un Madrid poderoso en la pegada evitó una goleada local en el Bernabéu.

Coquelin, tan elogiado por su alta intensidad, se hizo pequeñito cuando hubo de llevar el timón en Chamartín. Solo Parejo y Gayà querían el balón mientras Guedes pide a gritos un descanso: su partido fue un 'quiero y no puedo'. Si está lesionado, debe descansar.

Un arranque desastroso de Gabriel Paulista comprometió al Valenciao. Primero permitió que Bezema le ganara la posición en el centro del campo y se vio obligado a cazarlo (amarilla). Después volvió a tragarse un regate de Carvajal dentro del área, y llegó el centro del lateral y el cabezazo de Wass hacia su propia portería. Los conceptos defensivos del danés son escasos.

El caño de Santi Mina a Llorente, en el centro del campo, invitó al Valencia a salir de la atonía. Dos pases fabulosos de Parejo, largos y en profundidad, alimentaron la idea de ver a otro VCF. En el segundo desplazamiento, Parejo dejó solo a Santi Mina ante Courtois. Su control fue bueno, pero no el disparo, demasiado alto.

Carlos Soler se unió a la mejoría con varias recuperaciones. En una de ellas, tras la falta de Asensio, Parejo se dispuso a centrar templado desde el interior derecho. La peinada de Coquelin dejó solo a Gabriel Paulista al segundo palo. Solo tenía que meter el interior de la zurda, pero se le fue alto. Le faltó técnica.

Entraron Kondogbia, para reforzar el centro del campo, y Batshuayi para reactivar una delantera solo removida por Santi Mina (insustancial Gameiro). El belga tuvo el empate, pero disparó sobre el lado al que se había estirado Courtois. El linier había levantado la bandera por un inexistente fuera de juego. De haber marcado, el VAR lo habría concedido.

Ni así marca Batshuayi, cuyo fallo sería ya definitivo; porque un contragolpe posterior acabó en el gol de Lucas Vázquez tras una gran cabalgada de Carvajal. Es el tiempo de la secretaría técnica. Si no está en la plantilla, el gol habrá que encontrarlo.