El Valencia salvó la eliminatoria en tierras rusas en el último suspiro en un partido que se puso muy cuesta arriba tras el gol de Suleymanov a falta de pocos minutos para finalizar. Los cambios ofensivos de Marcelino dieron su fruto, aunque mantuvieron el alma en vilo de los aficionados valencianistas hasta el último minuto en el que se consiguió, finalmente, la victoria.
Primer tiempo igualado
Los dos equipos sabían que un gol podía ser decisivo para sus aspiraciones y decidieron ser sólidos en defensa. Se mostraron poco en ataque, buscando no desorganizarse y estar fuertes atrás.
Escasas ocasiones de gol
Pocas situaciones para conseguir un gol y un partido aceptable, pero ciertamente aburrido para el espectador. La lesión de Ari en el Krasnodar le restó mucha potencia ofensiva al equipo ruso.
Moneda al aire
Con el resultado de 0-0 al finalizar el primer tiempo, había que templar los nervios porque cualquier error defensivo podía desequilibrar la eliminatoria. Al final, el partido se convirtió en una moneda al aire, donde el que tuviera la suerte de marcar primero parecía que se llevaría el gato al agua y el pase a la siguiente fase europea. El Valencia, que estaba jugando con fuego, al final se quemó, aunque supo rehacerse en los últimos minutos.
Gol del Krasnodar
En este toma y daca del partido, al final llegó el gol del equipo ruso cuando el Valencia trataba con los cambios de Guedes y Rodrigo de ser más incisivo en ataque. Fue en ese momento ofensivo cuando llegó el disparo de Suleymanov que superó a Neto y ponía la eliminatoria a favor del Krasnodar.
Guedes-Gameiro obran el milagro
Cuando parecía todo perdido, Marcelino sacó a Gameiro al campo y el Valencia asedió la portería del Krasnodar. En este constante ataque llegó una muy buena jugada de Gameiro por la banda derecha. El francés cedió a Guedes que, con una finta, salvó la entrada del defensor ruso y con la izquierda batió al portero del equipo ruso. Era la consecución de un milagro y el momento de alegría no solo del banquillo, sino también de todos los aficionados que en un último minuto de infarto consiguieron que el Valencia estuviera en el bombo para las próximas eliminatorias de la Europa League.
El conservadurismo no funcionó
El Valencia, como en el primer partido de esta eliminatoria, vio cómo el intentar conservar un resultado no es lo que mejor le va. Tras el gol, cuando se decidió a atacar y buscar la portería contraria, fue mucho más efectivo y creó problemas a la defensa rusa. Necesitó pocos minutos para llevar a cabo la remontada, pero en otras ocasiones el llegar a esta situación tan al límite podría ser muy peligroso.
