El cambio de Gattuso a Baraja

La llegada del Pipo revitalizó en lo deportivo a un equipo que sigue castigado por su propia gestión, sin fichajes a la altura de las salidas

Gennaro Gattuso, antes de abandonar la ciudad deportiva tras su dimisión. | J.M.LÓPEZ

Gennaro Gattuso, antes de abandonar la ciudad deportiva tras su dimisión. | J.M.LÓPEZ / rafa jarque. València

Rafa Jarque

Un año puede dar para mucho, y si no que se lo digan al Valencia CF y a sus aficionados. Hoy, 30 de enero de 2024, transcurren 365 días desde que Gennaro Gattuso, el técnico que empezó en el banquillo de Mestalla la temporada 2022/23 y dirigió al equipo en la mayoría de partidos, dejó el cargo. El adiós se produjo tras un gabinete de crisis en Paterna orquestado junto a Layhoon Chan, Miguel Ángel Corona y Javier Solís. La reunión de urgencia fue provocada por una racha de resultados que dejó al equipo al borde del descenso. Además, en pleno mercado de enero, el club no hizo ningún movimiento para remontar el rumbo y finalmente, según la versión del club en la rueda de prensa posterior preparada para dar explicaciones, ambas partes decidieron separar caminos.

El principal punto de fricción, más allá del preocupante rumbo deportivo, radicaba en la ausencia de fichajes, un tema de discusión que se ha convertido en algo habitual entre técnico y directiva desde que Meriton aterrizó en la ciudad. De hecho, cuando el técnico italiano decide hacer las maletas todavía restaban las últimas horas de la ventana de fichajes, pero el ‘no’ del club a reforzar la plantilla fue una de las gotas que colmó el vaso para que las relaciones se rompieran.

Ya con ‘Rino’ fuera y tras un breve periodo de tres partidos en los que Voro, ‘apagafuegos’ del club por excelencia, no logró que la plantilla recuperar el pulso, Rubén Baraja llegó al cargo con una mochila cargada de dudas alrededor de su figura, pero con las ideas claras para evitar la hecatombe deportiva del club que le convirtió en leyenda. Tras un inicio timorato, con derrota en el Coliseum y el equipo ya metido en puestos de descenso, el equipo comenzó sacar la cabeza del pozo poco a poco. La apuesta del Pipo por los jóvenes salió bien y el Valencia firmó un final de temporada suficiente para salvar la categoría. Con una pretemporada de por medio para trabajar y en la que, por cierto, Meriton ha debilitado todavía más al equipo, Baraja se ha quitado de encima la mochila con la que llegó al banquillo demostrando que está de sobra preparado para este reto.

La vida sigue igual

El baile en los banquillos ha terminado siendo el único cambio positivo. O, mejor dicho, el único cambio. Y es que la vida en Mestalla sigue igual. La ausencia de recursos económicos, la inoperancia en los mercados de fichajes, el bloqueo con el Nou Mestalla... todo lo extradeportivo sigue siendo una losa demasiado grande para poder progresar como club.