Prohibido el paso en Mestalla

El Valencia recibirá al Madrid sin perder como local desde septiembre y con el aval de haber recuperado su estadio como un bastión ante los tres grandes. En 2023 ninguno se llevó la victoria, algo que no sucedía desde 2017

Yaremchuk celebra
su gol contra el 
Almería.  efe

Yaremchuk celebra su gol contra el Almería. efe / Vicent Chilet. València

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Sin apenas refuerzos, en la sequía más prolongada fuera de competiciones europeas, con Rubén Baraja Valencia ha recuperado su certeza más básica: la fortaleza como local. Mestalla vuelve a ser un fortín para el conjunto valencianista, después de varios años en los que había difuminado el porcentaje de puntos conquistados en su estadio y a domicilio. La tarjeta de presentación valencianista antes de la esperada visita del Real Madrid el próximo 2 de marzo es imponente. En el año natural de 2023, ninguno de los considerados (Barcelona, Atlético de Madrid y el propio Real Madrid), han logrado llevarse la victoria de Mestalla. Madridistas y colchoneros mordieron el polvo, mientras que el Barcelona no logró sentenciar un envite en el que todo lo tenía a favor hasta el gran gol de Hugo Guillamón. Para encontrar una racha similar hay que remontarse al año 2017, en el que cayó el Madrid y Atlético y Barcelona solo pudieron sumar empates.

A la condición de ser ya el primer estadio de la Liga en porcentaje de afluencia, se le une una fiable imbatibilidad como local. El Valencia no cae derrotado en Mestalla desde el 27 de septiembre, cuando fue derrotado por la mínima (0-1), y con bastante dosis de infortunio, por la Real Sociedad. Es el único tropiezo grande en este curso ante su público, junto a la capitulación, bastante engañosa, de una semanas antes ante Osasuna, el 27 de agosto, también por 0-1. En total, el Valencia ha cosechado 24 puntos de un total de 36 en su feudo. A victorias sonadas como la del Atlético (3-0) o el meritorio empate arrancado con multitud de bajas ante el Barcelona (1-1), el Valencia ha sumado en Mestalla victorias de prestigio contra rivales de entidad, como el Athletic Club (1-0) y Villarreal (3-1). Además, en la pasada jornada contuvo el potencial de un contrincante potente, y bastante enrachado en sus visitas a la Avenida de Suecia, como el Sevilla, que aguantó el empate inicial sin apenas incomodar a Giorgi Mamardashvili.

En el carácter rocoso del Valencia en Mestalla intervienen varios factores. Uno de ellos es la seguridad defensiva. El partido ante el Sevilla fue un buen ejemplo. Al conjunto blanquinegro le costó generar ocasiones de gol, pero vivió una noche casi sin sobresaltos a nivel defensivo. Además, hay que considerar la comunión con la grada, con una asistencia siempre superior al 90%, y las enseñanzas extraídas en la segunda vuelta de la temporada pasada, ya con Baraja. El sufrimiento, futbolístico y emocional, al que se vio sometido el joven equipo del Pipo ha curtido la capacidad de resistencia y madurez a nivel grupal. Las remontadas agónicas de la temporada pasada, como sucedió ante el Valladolid, o de triunfos cargados de una tensión ambiental extrema, como ante el Real Madrid, han dotado al equipo de una mayor capacidad de supervivencia. Incluso cuando se siente contra las cuerdas, el Valencia saca resortes de donde no los tiene, como en la igualada ante el Barcelona en esta temporada.

Menos fuertes a domicilio

Lejos del calor de Mestalla, sin embargo, al conjunto de Baraja le cuesta más cerrar partidos. Solo doce puntos se han logrado a domicilio. Con la línea solvente como local, la distancia con Europa dependerá de recuperar una mayor intimidación lejos de su estadio. En el año de su centenario, Mestalla vuelve a ser el gran aval del Valencia. El Real Madrid, líder con cada vez mayor comodidad, parte como favorito, pero sabe que rendirá visita a uno de los estadios más resistentes de toda la Liga.