M. V., Valencia

Una treintena de calles de Valencia se convertirán en breve en ciclocalles. La primera ha sido Sancho Tello, donde ya se está colocando la correspondiente señalización vertical y horizontal para advertir a conductores y ciclistas de que se trata de una vía de uso preferente para bicicletas. El resto de calles, como Salas Quiroga o General Barroso, se transmutarán en apenas unos días.

Las vías seleccionadas para la transformación son calles estrechas que, actualmente, registran circulación en un único sentido. Una vez que se conviertan en ciclocalles, su velocidad máxima se reducirá a 30 km/h y la prioridad de paso se concederá a los vehículos no motorizados. Los automóviles y las motocicletas, no obstante, no resultarán especialmente perjudicados con estas modificaciones, puesto que si no desean pasar por estas vías, "podrán hacerlo por otras alternativas que los técnicos han estudiado a tal fin", según especificó ayer la alcaldesa Rita Barberá.

Las ciclocalles son una novedad en Valencia, aunque ya se han convertido en una vía de transporte más en otras muchas urbes europeas. En España, sin embargo, sólo existe otra ciudad, además de Valencia, que disponga de este planeamiento: San Sebastián, que ha servido de inspiración para el diseño valenciano. "Ahora, sólo hace falta que los ciudadanos respeten las ciclocalles y permitan que se les dé el uso para el que están previstas", reclamó ayer un miembro del colectivo Valencia en Bici.