Ramón Ferrando, Valencia

Una magistrada de Instrucción de Valencia considera que no es delito vender cuadros falsos de Sorolla en el rastro de Valencia. La magistrada ha archivado una denuncia por estafa contra un vendedor al llegar a la conclusión de que todas las personas que adquieren cuadros en el rastro deben ser conscientes de que no son auténticos. La policía arrestó al acusado después de que una mujer le pagara 19.500 euros por falsos cuadros de Picazo, Sorolla y Pla.

El vendedor presuntamente certificó a la mujer que los lienzos eran auténticos. La magistrada señala en el auto de archivo que no ha quedado acreditado que la denunciante haya sido engañada porque es "de conocimiento general que cuadros de tales pintores ni se venden en el rastro de Mestalla ni valen ese dinero".

La investigación se inició el pasado 3 de julio tras la denuncia realizada por la mujer que adquirió cinco cuadros. Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron con los lienzos y los mostraron a "prestigiosos expertos en obras de arte para que pudieran determinar su autenticidad". Gracias a estos exámenes, los agentes comprobaron que las sospechas de la compradora eran fundadas ya que averiguaron "que cuatro de las obras de arte -dos de Sorolla, una de Pla y otra de Pinazo-, no eran atribuibles en modo alguno a los autores a los que supuestamente se les atribuían, y en la quinta no se podía apreciar la firma", según informó la policía.

La víctima, que responde a las iniciales J. Ll., lamentó ayer la decisión de la magistrada e insistió en que en el rastro de Mestalla también se pueden comprar cuadros de calidad a bajo precio. La mujer explicó que el vendedor la convenció de que los cuadros que estaba comprando pertenecían a una marquesa que era ludópata. "Me dijo que a la marquesa le da?ba vergüenza vender su patrimonio en casas de subastas porque no quería que la reconocieran. Lo cierto es que después descubrí que la marquesa no existía", apuntó.

Hipnotizada por Sorolla

La víctima explicó que el vendedor que supuestamente le ha estafado logró ganarse su confianza. "Cuando me enseñó los dos supuestos Sorolla, inconscientemente hubo algo que no me gustó. El tipo de marcos que tenían no eran como los que se ponen a una obra de este tipo, pero quedé hipnotizada al ver el nombre de Soro?lla escrito", precisó.

La denunciante, que tiene 54 años y es licenciada universitaria, añadió que el vendedor le dio documentos que supuestamente certificaban que las obras eran auténticas.

La víctima reconoció que definitivamente se dio cuenta del engaño cuando el acusado le vendió por 3.850 euros un Benlliure que "olía a recién pintado". "Yo no soy mal pensada, pero le dije que el cuadro lo acababan de pintar. Él me convenció de que le habían puesto una capa de barniz, pero el cuadro era una copia de uno que hay en el Museo San Pío V", aseguró. La denunciante añadió que descubrió que otro de los cuadros "estaba pintado sobre una puerta".