M. Vázquez, Valencia

Diez palomares con capacidad para un total de 2.000 palomas domésticas. Ése es, a grandes rasgos, el contenido de uno de los dos proyectos de la Concejalía de Sanidad que en breve se ejecutarán en la ciudad con cargo al llamado Fondo Zapatero. ¿Su objetivo? Controlar y reducir la población de estas aves, que ya alcanzan la categoría de plaga urbana, aunque, eso sí, con métodos ecológicos y totalmente carentes de crueldad.

El plan, al que el miércoles dio el visto bueno el Gobierno central, tiene un coste de 200.000 euros y consiste en la instalación de diez palomares en otros tantos jardines municipales: Viveros, Rambleta, Cabecera, Ayora, Benicalap, Marxalenes, Natzaret, Orriols, Oeste y Polifilo.

Los refugios, con capacidad para 200 aves cada uno, se colocarán en altura dentro de las zonas verdes de cara a "evitar posibles actos vandálicos", según fuentes de la Concejalía de Sanidad, y su principal misión será atraer al mayor número de palomas. "Se trata de concentrar la población en los jardines para que abandonen otros puntos de la ciudad o, al menos, no sean tan abundantes en las calles", agregan.

Nidadas de fácil acceso

Y es que, una vez que las aves penetran en el palomar -una gran caseta con un mástil central-, lo habitual es que regresen cada noche a él y que establezcan allí su criadero. Es entonces cuando el control avícola llega de la mano del hombre. "El acceso para los operarios es fácil -señalan las fuentes- y así pueden llevar a cabo la inspección sanitaria de las aves de forma mucho más sencilla".

De momento, estas revisiones se realizan -no cabe otra posibilidad- en los lugares de grandes concentraciones de palomas, como la plaza de la Virgen, la calle Hospital o Montolivet. Lo que hacen los técnicos es comprobar el estado de los pájaros y, si es malo, sacrificarlos o, en los mejores casos, darles tratamiento farmacológico. Por no hablar de las capturas que, diariamente, se llevan a cabo en diversos puntos de la ciudad para "eutanasiar" a aquellas palomas que caen en la red-trampa.

Con las nidadas es otra historia porque hay que buscarlas muy bien. Sin embargo, cuando los palomares ecológicos entren en funcionamiento, será una tarea sencilla: "Los nidos estarán al alcance de los técnicos -aclaran- y así se podrá llevar a cabo un mejor y más estricto control de la reproducción de estas aves".