España, y la Capitanía Marítima de Valencia ocupando un lugar destacado, se ha colocado a la cabeza de los países que más interés ha puesto en garantizar la seguridad de los barcos y reducir la contaminación marina. A lo largo del año pasado, en España se hicieron 2.328 inspecciones MOU, lo que la coloca en el primer lugar del mundo. Y en Valencia se realizaron 189 de esas inspecciones, que provocaron, entre otras consecuencias, la detención de cuatro buques.

El Memorando de París (MOU) es un acuerdo alcanzado entre 27 países de todo el mundo, principalmente de la Unión Europea, para sacar del mar los buques en mal estado y preservar el medio marino. Para ello, los países miembros tiene la obligación de inspeccionar los buques que llegan a sus puertos, especialmente aquellos que el propio memorando, por inspecciones anteriores, ya tiene en su "lista negra".

A lo largo de 2008, el conjunto de los países miembros realizó 24.692 inspecciones, siendo España el más activo en este sentido. Le siguió Italia, con 1.992; Reino Unido, con 1.822; y Francia, con 1.783. Y dentro de España, la Capitanía Marítima de Valencia tuvo un papel destacado, pues realizó un total de 189 inspecciones, según aseguró a Levante-EMV el capital marítimo, Felipe Cano, quien explicó que en un centenar de barcos se detectó alguna anomalía y que cuatro de ellos fueron detenidos en el puerto y obligados a reparar las graves deficiencias que presentaban, además de imponerles la sanción estipulada.

Cano explicó que el cuerpo de inspectores de Valencia, compuesto por ocho personas, recibe información de los buques que llegan a puerto y si la base de datos del MOU les da un nivel alto de riesgo proceden a una inspección minuciosa que suele tardar entre cuatro y cinco horas y que se desarrolla a cualquier hora del día o de la noche. Si se detecta alguna irregularidad se le obliga a repararla y si esa anomalía pone en riesgo el propio barco o la integridad de la tripulación se procede a su detención.

Duras sanciones

En estos casos, dijo Cano, el barco está obligado a reparar la deficiencia antes de salir del puerto y se le abre un expediente sancionador que lo obliga a dejar un aval de 60.000 euros para cubrir una posible sanción, sanción que generalmente es de ese importe, precisó. Si un barco es detenido en tres ocasiones, se le cierra el acceso a cualquier puerto de los 27 países miembros del Memorando de París.

Cano aseguró que desde que se han puesto en marcha estas inspecciones, la seguridad en los mares ha mejorado. De hecho, se ha pasado de 14 buques detenidos en el año 2000 a tan sólo cuatro el año pasado. "Tener activas estas inspecciones hace que no vengan barcos malos, que las compañías de países no muy serios en este sentido tengan cuidado a la hora de mandar un barco. Es una forma de decirles que no son bienvenidos", dice el capitán marítimo.