­La flor y nata de los arquitectos y urbanistas internacionales y nacionales optan a diseñar el Parque Central de Valencia por cuarta vez. Son 36 equipos de ocho ciudades españolas y siete países distintos dispuestos a ofrecer su ingenio y experiencia para dibujar la gran pastilla de terreno de 677.877 metros cuadrados que incluye el deseado parque de 264.692 m2 en el corazón de Valencia. De estos 36 aspirantes, una comisión de técnicos municipales y de la sociedad Valencia Parque Central elegirá a cinco equipos que deberán enfrentarse a la operación de cirugía que suturará el hachazo que ha partido en dos la ciudad de Valencia desde hace más de siglo y medio. Y, sobre todo, harán ciudad y planificarán el bulevar Federico García Lorca que se convertirá en la gran puerta de entrada al centro de Valencia por el sur.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, desveló ayer los nombres de los 36 equipos aspirantes al cuarto concurso del Parque Central. Destacó «el gran éxito y la participación elevada y de calidad de todos los candidatos». Entre ellos arquitectos internacionales, algunos con premios Pritzker de arquitectura (Zaha Hadid, Norman Foster, Richard Rogers, Rafael Moneo, Vázquez Consuegra) y profesionales autóctonos (Alberto Peñín, José María Tomás, Carlos Meri, Lourdes García Sogo, Vetges Tu Mediterrània, Patxi Mangado, Jordi Bellmunt o Nieto Sobejano) —ver el curriculum de los 36 equipos en la siguiente página—.

Compensación a los finalistas

A partir de ahora, el Ayuntamiento de Valencia y la Sociedad Valencia Parque Central Alta Velocidad SA se dan un plazo de «dos o tres meses» para seleccionar a cinco equipos. Después de las Fallas, se sabrá quiénes son los elegidos, a los que se dará cuatro meses para elaborar un anteproyecto. Su trabajo no será en balde. Los finalistas obtendrán una compensación de 50.000 euros por estos meses de trabajo. El ganador se hará con el contrato de 3 millones de euros que costará el proyecto del Parque Central. «En seis o siete meses tendremos claro el proyecto que elijamos, lo que nos permitirá tal vez comenzar a licitar algún proyecto en las "orejas" del Parque Central», adelantó una optimista Barberá.

En lo que no quiso explayarse la alcaldesa es en el tipo de diseño que espera para este fragmento central de ciudad. «Si supiera dibujar, lo haría yo... Aunque entonces estaría del lado de los equipos que se presentan», bromeó. «Cuando me eligieron alcaldesa (en 1991) la segunda zona que visité fue el Parque Central. Al ver toda aquella pastilla de terreno tomé una decisión: no meter la pata», aseguró, al ser interrogada por los periodistas en su comparecencia. «Y a ello me he dedicado en todos estos años en los que he tenido que luchar para que el ferrocarril fuera soterrado y no en superficie o en zanja (en alusión a las trincheras) o que se llevaran la estación a otro lugar, soluciones que han llegado a plantear los socialistas». Barberá (que ha sido alcaldesa en 18 de los 25 años que lleva gestándose el Parque Central) también defendió su lucha «para retirar alturas y zonas comerciales» (en referencia a los 80.000 m2 que ella misma pactó con Francisco Álvarez Cascos).

¿Estará la Esfera Armilar? «Eso ya se verá. Ahora lo importante es la llegada del AVE a Valencia y de las oportunidades que traerá. Algo de lo que me honro en haber llevado adelante».