La Casa del Alumno de la Universidad Politécnica de Valencia albergó ayer una mesa redonda sobre la seguridad del carril-bici organizada por el colectivo Arquitectura Se Mueve y Obrint Camins bajo el lema "Pedalea sin miedo". La directora del área de Medio Ambiente de la UPV, Carmen Blasco, informó de que el vicerrector se reunió con el concejal de Tráfico, Alfonso Novo, tras el accidente mortal de un estudiante Erasmus en la nueva rotonda de la V-21, junto al campus, para exigirle mejoras en el carril-bici.

Según explicó Blasco la rotonda de la avenida de Cataluña, que a diario atraviesan cientos de estudiantes y usuarios de la bici para ir al campus tiene fallos de iluminación. Los proyectores alumbran el centro de la macrorrotonda pero dejan a oscuras los ángulos de los laterales, lo que es un peligro para los ciclistas. Los responsables de la UPV se reunirán con los técnicos municipales para analizar otras medidas como la eliminación de los semáforos en ámbar que inducen a confusión sobre la preferencia de paso.

En el debate participó el profesor de Urbanismo de la Escuela Técnica Superior de Valencia Vicente Torres quien emplazó a hacer una reflexión sobre los profesionales que se forman en las universidades y que luego diseñan las calles como si fueran autopistas urbanas. Así pasó, recordó Carmen Blasco, con la avenida de Tarongers, donde la UPV tuvo que bregar con el ayuntamiento para ganar espacio para el peatón y el ciclista y no una M-30 como quería el ayuntamiento, que incluso proyectó una pasarela elevada del estilo de la avenida del Cid. Por su parte Francesc De La Roca, miembro del colectivo Universitat en Bici aseguró que los ciclistas deberían circular por la calzada, en concreto, por el carril derecho, si bien la situación actual del tráfico lo hace aún peligroso.