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El Ayuntamiento de Valencia avanza en su política de reubicación y alejamiento del centro urbano de las seis estaciones de medición del ruido y la contaminación atmosférica. La estación de control de la calidad del aire de la calle Linares, una vía de alta densidad de tráfico, ha sido reubicada en el bulevar sur, junto al Cementerio General. Es la tercera estación que se recoloca en dos años.

En mayo de 2008 se trasladó la que había en la avenida de Aragón a la zona verde del campus de la Universidad Politécnica de Valencia. En octubre del año siguiente, la de Nuevo Centro, que registraba los niveles de contaminación más altos (hasta 100 microgramos de dióxido de nitrógeno, el doble de lo permitido por la UE) se llevó al Parque de Cabecera. Los niveles bajaron en poco tiempo a 40 microgramos. Ahora le ha llegado el turno a la de la calle Linares, donde en 51 de 90 días se superan los niveles permitidos de NO2, un contaminante de los tubos de escape.

Del Río acudirá al fiscal

La concejala socialista Carmina del Río informó ayer de este nuevo traslado. "Sólo queda por trasladar la estación de la pista de Silla al Parque Central para conseguir reconducir los elevados niveles de contaminación atmosférica y sonora por la vía de alejar las centrales de medición del foco del problema", apuntó del Río.

La estrategia de desmontar las estaciones que históricamente dan índices más altos y llevarlas a lugares alejados del tráfico le ha costado al alcalde de Madrid una denuncia en la Fiscalía. El PSPV también estudia poner el caso de Valencia en conocimiento del Fiscal de Medio Ambiente.

La concejala de Contaminación Acústica, Lourdes Bernal, replicó en un comunicado que los socialistas crean falsa alarma sobre los índices de contaminación al tiempo que justificó el traslado para "mejorar el grado de adaptación a la normativa atmosférica vigente y adecuarse a la expansión experimentada por Valencia en estos años". Bernal recalcó que la estación sigue estando en un entorno de tráfico.