e la TVV, la "nostra", quizás para compensar el cerrado coto que es, de loa y exaltación monocorde, del líder Camps , cabría destacar algún acierto que por contrario modo, en los aires predominantes en la Generalitat de la que forma parte esencial la Obra, tan distante y distinta de todo lo que representó el Cardenal Tarancón, nos ha emitido como aguinaldo o estrenas de Navidad esta miniserie de dos capítulos de 80 minutos, que próximamente la emitirá la TVE, la otra copatrocinadora. Dudas tiene el articulista de que si aún hubiera estado activo el jubilado Arzobispo García Gascó, que si no elevado a los altares, si por Rita lo fue a hijo adoptivo, y que fue uno de los tres integrantes del trío de la bencina, por el fuego dogmático que con Cañizares, vaticanizado, ex primado, y quedando como tercero y único bronco, perdón, Rouco Varela, fuego de inquisitoriales actitudes, vicarias de los extintos autos de fe, con sus barbacoas humanas, extinción ganada por la laicidad, adalidada y culminada por Francia, y no por amable concesión de la Iglesia, de análogo modo que la jornada de 8 horas, "servata distantia", tampoco fue otro amable regalo, en este caso, del capital. Dudas decimos de que hubiera Monseñor García Gascó favorecido la filmación de la miniserie: los interiores son los de este Arzobispado, no los de Madrid. No defrauda la miniserie, ni tampoco las declaraciones que en su día hizo a la radio y que recordamos aquí del más taranconiano colaborador del Cardenal burrianense (fue su secretario) Martín Patiño, Jesuita, orden relegada por el Opus, alzaprimado por el polaco Papa anterior, el que sería santo "súbito" que ya no lo es por lo de los Legionarios de Cristo y otras desmoralizaciones. Declaraciones hechas por Martín Patiño, cuando aún regía como vicepapa o Papa interior, o sea presidente de la Conferencia Episcopal, el Obispo Blázquez, que sin ser un Tarancón de ahora era la alegría de la huerta comparado con el que lo desbancó, el actual Rouco.

Y ahora contextualicemos. Tarancón: impagable e imparable, como se nos recuerda con la miniserie, presidiendo la Conferencia Episcopal en España, o sea el papa en España, cuando en Roma lo era Pablo VI, con una conectividad total, al igual que ahora existe entre Benedicto XVI y nuestro vicepapa Rouco. Parece inútil decir que conectividad se emplea más allá de la simple facilidad comunicatoria, o sea identidad ideológica más aún que teológica.

Y si no olvidamos que entre el polaco Juan Pablo II y el actual han liquidado el Vaticano II, el más gran intento de "agiornamiento" de la Iglesia, transcurridos más de un cuarto siglo de Tarancón y su papel medular en la transición y en el carpetazo al nacionalcatolicismo, consigna también de Pablo VI, defendido con uñas y dientes por los guerracampos y tutti quanti, hemos regresado a épocas pre o antetaranconianas, sin que a pesar de todas las claudicaciones, sobre todo de este gobierno, con generosísimos e injustos tratos fiscales y de financiación, no haya servido de nada para mitigar la agresividad papal y de nuestra Iglesia, más papista que el Papa. Recuérdense las recientes limitaciones a la declaración papal que sobre el preservativo se contenían en una entrevista/libro, portavoceada por el inefable Secretario de la Conferencia, Monseñor Camino, nombrado Obispo contra la reglamentación de la propia Compañía de la que es miembro.

Lo del Papa acreditado queda con aquello llegando a España en el reciente viaje, "laicismo agresivo", análogo al de la Republica, y la declaración posterior como tierra de misión, España, por la Conferencia o la declaración de que es más grave el aborto que el paro existente en nuestro país.

Y si salió elegido Rouco como presidente, y en su día un Tarancón, es porque la deriva de la Iglesia española, reflejo de la vaticanista, es ahora peor que con Franco y más bien trentina o de la Contrarreforma, pues ahora hay muchos más Guerra Campos en la Conferencia, ya se encargó el Papa polaco de endurecerla, continuando el actual, pues no olvidemos que éste era el equivalente al Inquisidor general, trasmutado ya antes de él en Prefecto de la Congregación del Santo Oficio y ahora de la Fe.

No diremos como Pérez Reverte, que no hemos tenido una guillotina en la Puerta del Sol, pero lo que no está claro es que la Iglesia aquí, como en Francia, esté solo en sus cuarteles (ámbito privado y templos), como sí lo ha logrado el PSOE con el ejército, pero solo con él.

Y volviendo a las declaraciones de Martin Patiño, podemos aludir como él dice, que "a los taranconistas nos parece que se está celebrando el centenario del nacimiento de Tarancón con un bajo perfil y tengo mis sospechas de que es algo intencionado".

Así pues, declarada la cruzada de nuevo, aunque ahora sea en seco, o sea sin sangre, en esta guerra en que seguimos, ahora los ultras no clamarían lo de "Tarancón al paredón", más que nada porque Rouco obviamente no es Tarancón y no nos da pareado con lo de paredón.

?Exsecretario general del Ayuntamiento de Valencia