El fraude en el pesaje de las basuras ha sido utilizado en numerosos casos de enriquecimiento ilícito de toda España. El más sangrante y cercano ha sido el del vertedero de Calp, en estos momentos investigado por la justicia dentro del caso de corrupción Brugal.

El vertedero que gestionaba la empresa de Ángel Fenoll está siendo investigado por presuntamente realizar pesajes de camiones de basura a ojo, sin ningún control técnico. En otras ocasiones supuestamente el mismo camión pasaba varias veces por la báscula o se realizaba un doble facturación a varias plantas por la misma basura.

Este presunto fraude reportó grandes beneficios a la gestora puesto que pesaba cuatro veces más basura de la que producía el municipio de Calp. Según las primeras estimaciones la firma de Fenoll habría obtenido un margen fraudulento de facturación de 7.131 euros al día. Y es que el consistorio pagaba 43,75 euros por cada tonelada que entraba en planta.

En el caso Emarsa también se investiga un presunto desfase entre las toneladas de lodos tratados que salían de la depuradora y las que realmente se aplicaban en los campos. En este caso se investiga si los camiones cobraron varias veces por el mismo lodo al detectarse tiques de pesaje con un margen de tiempo muy corto entre un viaje y otro.

Como ha venido publicando este periódico un mismo camión se encontraba cargado a las 7 de la mañana en la planta de Pinedo. Según los tiques de pesaje, 15 minutos después ya había realizado el recorrido hasta Requena y habría vuelto y estaría lleno con nuevo lodo, algo imposible.

Estos presuntos fraudes en el pesaje de los residuos y los lodos podrían haber sido controlados con el sistema de grabación que pretende impulsar la entidad metropolitana. Las cámaras de vídeo controlarán los camiones que entran y los kilos de basura que se pesan dejando constancia de que durante el paso por la báscula no se produce ninguna irregularidad.