La persona que ha colocado cepos para pájaros en el parque de Benicalap estaría incurriendo en delito recogido en el Código Penal, por lo que podría enfrentarse a sanciones económicas e incluso a pena de cárcel. Como publicó ayer este diario, dos vecinos del barrio descubrieron en la mañana del sábado cuatro trampas con gusanos como cebo a unos pocos metros de la zona de juegos infantiles. Estos vecinos vieron a un hombre que llevaba una bolsa, en la cual según indicaron, parecían adivinarse más cepos. Como explicaban, no le exigieron que les mostrara el contenido, porque decían, no cuentan con autoridad para ello.

La policía local recuerda que sin una identificación y una denuncia no se puede sancionar. Y como destaca el Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen), «no se trata de una falta administrativa, sino de un delito». Tiene esta consideración, explican, desde el pasado diciembre cuando se modificó el artículo 336, el cual recoge como infracción la caza o pesca con «veneno, medios explosivos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva o no selectiva». La Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad cataloga en el anexo séptimo como «medio no selectivo» entre otros el cepo, así como la liga, conocida en la Comunitat Valenciana como «parany».

El Código Penal establece como castigo la pena de prisión de cuatro meses a dos años, o una multa de ocho a veinticuatro meses. A ello hay que unir las sanciones que estipula la normativa valenciana sobre caza de 2004. La ley clasifica el uso de cepos como infracción muy grave, que alcanza multas de entre 3.000 y 15.000 euros; además de la retirada de la licencia de caza y la inhabilitación para obtenerla durante dos años a tres años.

De momento, uno de los responsables del equipo de guardas de los parques de la ciudad, Pedro Abril, señaló a este diario que hoy se reunirá con otro de los encargados para analizar esta situación nunca vista, y decidir la medidas a tomar. Mientras tanto, explicó que se ha avisado a los trabajadores del parque de Benicalap para que «estén más vigilantes».

El guarda que trabajaba durante el fin de semana indicaba que a primera hora de la mañana había revisado la zona del parque infantil por si alguien hubiera vuelto a colocar cepos, pero no halló ninguno. Desconoce si las trampas fueron puestas el viernes o el sábado por la mañana. Como abrió el parque sobre las 7.30 horas y luego fue a trabajar a otro parque piensa que el individuo los pudo colocar en su ausencia, a primer hora. De haberlo hecho el viernes no se detectaron el sábado porque no trabajan los jardineros, y no se retiró la hojarasca.

«Deben investigarlo»

Ayer, los padres que jugaban con sus hijos en la zona infantil mostraban su enfado por la aparición de estas trampas para pájaros. «Deben investigarlo y sancionarlo. Además existe el agravante de que lo puso cerca de la zona de los niños», comentaba Pilar Sajardo. Amparo Tanco apuntaba que «perfectamente un niño podría haber metido el dedo y enganchárselo». Begoña López añadía: «me parece muy mal que maten animales y que lo puedan ver los pequeños».

Presencia de ratas en los jardines

El encargado de los guardas confirmó a este diario que este parque es el único de la ciudad en el que han detectado ratas. Indicó que en julio un equipo del ayuntamiento realizó trabajos de desratización, que incluye la colocación de trampas. Les explicaron que una de las dos especies localizadas está protegida. Hace un mes los guardas enviaron un parte ante la presencia habitual de los roedores cerca de la zona de juegos para saber si forman parte del grupo protegido. j. v. p. valencia