La instalación del nuevo toldo de la plaza de la Virgen de Valencia es uno de los elementos principales de la última fase de restauración de la Basílica que, según lo previsto, podrá desplegarse por primera vez en Fallas.

Así lo afirmó ayer uno de los técnicos arquitectos que trabajan en el proyecto de la nueva cubierta, Jorge Amigo: "Esperamos que esté listo para estas Fallas, aunque aún nos queda recibir algunos elementos, como los cables, para completar la instalación".

Fue hace nueve meses, en mayo, cuando se empezó a trabajar en el proyecto colocando una estructura sobre los muros estribos de la Basílica, aunque no fue hasta la semana pasada cuando se llevó a cabo la colocación de la lona en la cubierta y los distintos mecanismos de poleas.

Ahora, los trabajadores están a la espera de recibir parte de los elementos básicos que les faltan para concluir la instalación. Entre estos, los cables que recorrerán la plaza de la Virgen desde el templo mariano hasta el edificio ubicado enfrente del mismo y que sustituirán a las cuerdas que había hasta ahora.

Las dimensiones del toldo serán las mismas que las del anterior, 1.200 metros cuadrados, aunque su peso se verá reducido de 3,5 kilos por metro cuadrado a menos de un kilo. Las tonalidades de la nueva lona también serán similares, siendo el azul celeste y el beige los colores que se desplegarán en la plaza.

La gran diferencia la marca sin duda el nuevo mecanismo de despliegue. Este innovador sistema es más seguro, va fijado a la bóveda en lugar de al tejado de la Basílica, y se podrá quitar sin necesidad de alterar el edificio del templo, ya que está asegurado mediante tornillos. El nuevo toldo ha costado 300.000 euros y requerirá un mantenimiento continuado.

Además, conscientes de las posibles inclemencias meteorológicas, el mecanismo cuenta con un anemómetro para que, cuando se detecten vientos superiores a 20 kilómetros por hora, el toldo se pliegue de forma automática.

Según los técnicos encargados del proyecto, lo más complicado en la instalación del nuevo toldo ha sido hacer coincidir los anclajes del nuevo mecanismo con los que ya existían en los edificios. "La sujeción era necesaria y nos ha llevado alguna que otra dificultad. Finalmente, todo se ha resuelto de manera favorable instalando un sistema seguro para ambos edificios", confiesa Jaime Martínez.