Con el examen práctico aprobado este año con nota alta (Compromís ha sacado 7 diputados en las Corts y un escaño en el Congreso de los Diputados), el valencianismo se somete ahora al examen teórico, la que tal vez sea la especialidad de la casa: la sobredosis de reflexión. Hoy arranca la sexta edición del Debat d'Idees Valencianistes, el reputado seminario anual que organiza la asociación Tirant lo Blanc en la Universitat de València (Facultat de Geografia i Història, aula F 1.0, 19 horas) y que este año volverá a contar con ocho especialistas de primera fila para abordar el análisis de las principales problemáticas del pueblo valenciano.

Abre el fuego hoy el profesor de Historia Contemporánea de la UV Ferran Archilés con una conferencia sobre los 50 años de Nosaltres, els valencians, de Joan Fuster. Archilés, experto como pocos en el pensador de Sueca, asegura que "el valencianismo no se puede permitir el lujo de prescindir de Fuster porque perdería una pieza muy importante para su reflexión". Y en este contexto de "crisis económica, social y moral", dice, "tal vez haya que aparcar la esfera del proyecto nacional de Fuster para tomar de él su sentido ético-crítico de la realidad, como su condena del provincianismo y del exceso de autoestima de los valencianos". Porque frente a las opciones maximalistas en torno al padre del valencianismo, Archilés insiste en que "no es necesario darle la razón ni tampoco matarlo y cargarle las culpas del resultado electoral del valencianismo hasta la fecha. No, yo no creo en eso. Fuster es una pieza central del valencianismo y hay que rescatarla". Archilés considera necesario oponer desde el valencianismo una alternativa al "modelo ideológico, económico e identitario del PP". ¿Cuál, cómo? El valencianismo -cómo no- empieza hoy a pegar-li voltes al nano.