En cada uno de los innumerables paros intermitentes que han protagonizado los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) por discrepancias con la dirección —que no son pocos— dos palabras salen a la palestra: Contrato Programa. Por ello, ahora que la EMT vuelve a plantear movilizaciones —tras la «propuesta» de la empresa de rebajarles el sueldo un 15%— la reivindicación para exigir una financiación estatal se repite.

Contrato Programa se denomina a una subvención que concede el Gobierno central para financiar el transporte público de las ciudades. Lo tiene Madrid y Barcelona. Y lo quiere Valencia desde hace años. Sin embargo, acceder al Contrato Programa implica que si el Estado concede una ayuda de 38 millones de euros al año a Valencia (según los sindicatos), la Generalitat debe aportar otro tanto. Y, de momento, no está en las prioridades del Consell.

Ahora bien, acceder a la subvención implicaría una importante inyección de dinero para una empresa (la EMT) que es algo parecido a un agujero negro en los presupuestos del Ayuntamiento de Valencia. Tanto es así, que el consistorio ha bajado este año su aportación a la empresa en 10 millones, al pasar de 65 a 55 millones. Y las cuentas se han descuadrado.

Por ello, la dirección ha informado sobre una serie de medidas pensadas para «ahorrar» los diez millones que ya no tiene, y ha propuesto la rebaja del 15% en los sueldos. Y es que el 90% de los trabajadores de la EMT cobran, en bruto, más de 2.400 euros al mes, según las «bandas salariales» —franjas medias y aproximadas— que refleja el Plan de Igualdad de EMT Valencia ( de 2 de febrero de 2012). Solo el 8% cobra menos de 1.500 euros. La dirección de empresa, sin embargo, aseguró que la medida es «solo para este año» y que no «afecta al salario base de los empleados, sino a los complementos específicos».

Los acuerdos aprobados en otras ciudades que ya han conseguido la financiación estatal implican redes de transporte que conectan las capitales con sus municipios más cercanos, algo que no es una máxima en Valencia, y que además, va a menos. Y es que lo que el Gobierno de Rita Barberá pensó como un ahorro puede ahora volverse en su contra para conseguir financiación externa.

Lejos de establecer un sistema de transporte público que incluya a los municipios de la comarca de l´Horta, el ayuntamiento ha recortado su campo de actuación. De momento, desde el mes de noviembre, ya no da servicio a Alboraia. Concretamente desde que que este ayuntamiento se negó a pagar los 189.000 euros que reclamaba la empresa por mantener las cuatro paradas de la EMT en la localidad. De las 43 localidades de l´Horta, la EMT, de momento, oferta servicio a Tavernes Blanques, Vinalesa, Burjassot, Mislata y Alfafar.

Sin embargo, el portavoz de Compromís, Joan Ribó, aseguró ayer que el Contrato Programa que ha solicitado el Ayuntamiento de Valencia «implica conectar la capital y sus alrededores. Esa es la clave de una ayuda pensada para aquellos vecinos que, a diario, se desplazan desde cualquiera de los municipios que rodean la capital para ir y volver de trabajar. Por ello Madrid y Barcelona ya la tienen. Porque la red de transporte público está conectada. La subvención no se concede para mejorar el transporte público de una sola ciudad, de puertas para adentro».