La Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un aislante que protege del ruido a los edificios. El absorbente ha sido desarrollado en el laboratorio en el campus de Alcoy y se trata de un residuo de neumático compuesto por partículas de caucho, fibras metálicas y fibras textiles que aisla la sonoridad en techos, suelos y paredes.

Según explican los investigadores, el residuo se consigue a través de un proceso de recogida de neumáticos: se extraen las diferentes partículas de caucho mediante diversas técnicas y, una vez están separados todos los componentes, se elabora el producto capa a capa hasta conseguir una masa fibrosa que absorba las vibraciones acústicas. Algunos de los elementos utilizados, como es el caso de las partículas de caucho, ya habían sido empleados anteriormente en la fabricación de aislantes para el suelo de parques infantiles, en campos de fútbol de césped artificial e incluso para reducir la contaminación acústica y la sonoridad causada por el tráfico en carreteras.

Antonio Nadal, investigador del campus de Alcoy, asegura que su idea era aprovechar las posibilidades que ofrece el producto en cuestión así como aportar un valor añadido. El objetivo es sacar partido a la fibra textil del residuo del neumático. "Los beneficios de este producto son tanto económicos como medioambientales" asegura Nadal, pues es un componente al que habitualmente no se le saca partido.