La Audiencia ha condenado a un joven de Valencia a quedarse el piso que reservó sobre plano a una promotora antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El comprador, Rafael Bonilla, pagó cerca de veinte mil euros a cuenta, pero unos meses después cambió de opinión y acabó comprándose otro piso más económico. La promotora demandó a Rafael Bonilla por incumplimiento de contrato y los jueces le han dado la razón. El joven asegura que la situación le ha llevado a la ruina y lamenta que los bancos no le conceden la hipoteca para adquirir la segunda vivienda. La inmobiliaria insiste en que los contratos están para cumplirlos y no quiere renunciar a su derecho. El abogado Gabriel Echavarri explicó que "hace cinco años las promotoras estaban encantadas cuando un cliente renunciaba al contrato porque se quedaban con el dinero entregado a cuenta y volvían a vender la vivienda. Sin embargo, ahora no están dispuestas a llegar a acuerdos porque no encuentran nuevos compradores".

La pesadilla financiera de Rafael Bonilla comenzó el 6 de septiembre de 2007 -en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria- cuando firmó el contrato para adquirir sobre plano una vivienda en Silla por 232.882 euros. Bonilla pagó 18.844 euros y en verano de 2008 decidió dar marcha atrás. "Uno de los comerciales de la promotora me dijo que si dejaba de pagar las cuotas de la entrada el contrato quedaría sin efecto. El problema es que no me lo puso por escrito y yo dejé de pagar sin más". El joven encontró otra casa en la avenida Baleares de Valencia mucho más barata y decidió comprarla. La vivienda le costó 120.000 euros y recibió una subvención de 30.000 euros.

El abogado de la promotora, Álvaro Sendra, explicó que se sintieron engañados y decidieron presentar una demanda. "Nuestros contratos no son leoninos, pero están para cumplirlos. No se pueden dejar de cumplir por las bravas. La empresa también tiene que hacer frente a sus compromisos". Sendra insistió en que con otros clientes han llegado a soluciones amistosas, pero "en este caso creemos que nos ha tomado el pelo".

Sin embargo, el joven -que admite que legalmente no tiene razón- insiste en que su error fue confiar en el comercial. "Ahora sé que lo que no está firmado no tiene validez. El problema es que estoy atrapado y mi situación financiera es penosa. Los jueces han decretado el embargo de un tercio de mi nómina y nadie me va a prestar doscientos mil euros para pagar la casa. Siempre pagamos los más débiles. La misma promotora antes sí que estaba dispuesta a quedarse con la vivienda, pero a mí me ha pillado el derrumbe del mercado inmobiliario. No sé qué hacer para salir de esta situación", lamentó.

Un informe revela una caída del 50 %

El precio de la vivienda en la ciudad de Valencia acumula un descenso del 53,66 % desde su pico máximo, en el segundo semestre de 2007 (2.201 €/m2), y se sitúa en 1.020 €/m2 (segundo semestre de 2011). Este dato se desprende del Informe del mercado de la vivienda en la ciudad de valencia que elabora semestralmente el grupo inmobiliario Tecnocasa. La zona más económica es Benicalap (789 €/m2) y los precios más caros están en la Cruz del Grao (1.102 €/m2).