Después de los actos colectivos de la Semana Santa, el calendario festivo marca el final del primer gran ciclo de primavera con la festividad de San Vicente. Cuando las imágenes del santo se bajen de los altares, en algunos casos cerca de la medianoche, acabará tanto la quincena loca del escolar —el martes acaban sus macro vacaciones— como un periodo trepidante que, en su edición de 2012, ha venido bastante comprimida: hoy hace un mes quedaban plantadas las fallas.

El programa de hoy, a las doce y media del mediodía, tiene como acto más destacado la procesión cívica. En ella, las fuerzas vivas de la ciudad acompañan a los altares para desfilar desde la plaza del ayuntamiento hasta la Casa Natalicia, donde el acto se rematará con los discursos y la pólvora. Es la primera vez que la sociedad festiva valenciana sale a la calle en el centro de la ciudad desde los festejos falleros. Afortunadamente para los protagonistas, los altares han podido celebrar su fiesta sin ningún tipo de problema en esta ocasión.

Por la tarde se repite el rito procesional con la general, que volverá a recorrer las calles del centro de la ciudad. A la vez, los niños seguirán afanándose en representar los «miracles», que harán de forma periódica hasta bien entrada la noche. El colofón de esta fiesta es la «baixà del sant». La imagen es bajada con más o menos garbo a los sones de los himnos regional y nacional y se entrega al clavario de turno, cuya responsabilidad es cuidarla como oro en paño durante doce meses. Los altares son de madera y cartón, pero no se queman. Lo que se procede inmediatamente es a desmontarlos y guardarlos hasta dentro de doce meses, aunque su configuración les permite estar adosados a fachadas, con lo que no generan prácticamente ninguna molestia.

San Vicente es una fiesta suficientemente arraigada y sus exigencias son limitadas, por lo que consigue mantener su vigor a pesar de las apreturas económicas, tal como ha sucedido en la edición de 2012.

Ahora quedan unos pocos resopones, como la fiesta de los altares del Mocadoret y el Ángel Custodio antes de que, dentro de dos semanas y media, vuelva el ritual de la «plantà», pero con las cruces de mayo antes de que llegue la gran cita con la Virgen de los Desamparados.