La esencia del mercado de la «escuraeta» es la venta de productos de loza y barro cocido que, ahora, conviven con artículos de plástico, vidrio, marroquinería e incluso, con paradas de camisetas o discos. Sin embargo, su espíritu costumbristas se mantiene intacto, a pesar de los años.

Antaño el mercado de la «escuraeta» era visita obligada para reponer enseres y utensilios de cocina fabricados con loza o barro cocido. Ahora bien, si hubo y hay un producto estrella en el mercado es la campanita de la Mare de Déu —de arcilla blanca con la imagen de la Mare de Déu dels Desemparats impresa y con el mango rojo de madera— que hace las delicias de los más pequeños.

Lo mismo, en miniatura

El tradicional mercadillo, además, es lugar de encuentro de familias que, por una lado, aprovechan la ocasión para comprar las tradiciones cazuelas de barro y demás enseres, y por el otro, observan con curiosidad la reacción de las niñas más pequeñas cuando contemplan los mismos cacharros realizados en perfectas miniatura. Hay teorías que aseguran que el diminutivo de «escuraeta» proviene de ahí, de esos productos en miniatura que son reproducciones exactas de los enseres de cocina más tradicionales.