La remodelación del jardín de Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM) ha empezado a cosechar sus primeras críticas cuando las obras, prácticamente terminadas, aun no han sido inauguradas. El presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), Santiago Grisolía, lamenta el exceso de piedra y el escaso interés en recuperar "la esencia y el emblema" de este lugar, que no es otro que en antiguo Hospital General y su Facultad de Medicina.

Desde un principio, la obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, autor también del edificio del MuVIM, ha sido sometida a una vigilancia especial. Su objetivo era recuperar un jardín en el centro de la ciudad, uno de los pocos que hay, y al mismo tiempo rescatar la huella de los edificios emblemáticos que un dio albergó. Y todo ello en un espacio pegado a un museo y enmarcado por una calle de gran capacidad de tráfico (Guillem de Castro) y otra de importante tránsito de peatones y turistas (Hospital).

Al final, la piedra ha predominado sobre el jardín y quien ha realizado la primera crítica ha sido Grisolía, muy pendiente desde el primer momento de cuidar los elementos históricos del proyecto. Ayer, durante la Comisión de Legado Histórico, el presidente del CVC mostró su preocupación por el resultado, pues "no respeta el patrimonio arbóreo ni muestra al ciudadano la historia de la medicina valenciana". "Lamentablemente -dice Grisolía- el exceso de piedra y asfalto impide recuperar la esencia y el emblema de este espacio".

Uno de los elementos que echa de menos es la "señalización de las zonas donde se situaban las antiguas dependencias del hospital, tal como se advirtió en un informe aprobado en 2010 en el que se instaba a las instituciones (depende de la Diputación, construye la Conselleria de Infraestructuras y supervisa el Ayuntamiento de Valencia) a reformar el jardín "respetando los restos arqueológicos y preservando los elementos de interés que pertenecen al antiguo hospital".

En aquel documento se hablaba de aquella vieja institución como "referente de la medicina valenciana" que "merece ser visible y visitado por los ciudadanos". Por tanto, añade Grisolía, "la administración debería considerar la difusión de la memoria de los médicos que enseñaron en esta universidad, como Ramón y Cajal y Pelegrí Casanova".