Calabuig defiende la ordenanza de la prostitución y propone un plan de acción social

El portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig, salió ayer en defensa de la ordenanza de prostitución aprobada el pasado viernes por el equipo de Gobierno municipal del PP. A su juicio, el documento, que ha sido consensuado por ambos partidos, "lanza un mensaje claro a la ciudadanía para acabar con esta situación", de manera que lo único que harán ahora es presentar una moción en el próximo pleno para reactivar la Mesa de la Prostitución y redactar un plan de acción social que acompañe a la ordenanza.

Como marco general de su planteamiento, Calabuig lanzó por delante la postura "abolicionista" del PSOE y su oposición clara a cualquier tipo de legalización. "Es ridículo y cínico decir que ésta es una profesión como otra cualquiera", dijo Calabuig, quien recordó que "el 90% de las prostitutas son extranjeras víctimas de las mafias".

Con ese convencimiento y ante las constantes quejas de los vecinos de Velluters, donde está el barrio chino, el Grupo Socialista presentó varias iniciativas municipales desde 2011 para llegar, finalmente, a un acuerdo con el PP y aprobar la ordenanza. Según Calabuig, de esas conversaciones salieron dos logros: el primero fue plantear el tema como un asunto social y no de orden público y el segundo no sancionar a las mujeres, como en principio quería el equipo de Gobierno. "Quien diga que es una ordenanza represiva contra las prostitutas está mintiendo", dijo. "El texto dice claramente que ninguna de las sanciones será para las mujeres".

No habrá alegaciones

Alcanzado ese consenso, el portavoz socialista anunció que no habrá alegaciones a la ordenanza salvo "para corregir cuestiones técnicas". Únicamente se presentará una moción en el próximo pleno para que se reúna de nuevo la ya existente Mesa de la Prostitución, en la que deben estar integradas todas las instituciones y partidos políticos, y redacte un plan de ación social que procure la integración de las prostitutas.

Ésa era precisamente una de las carencias denunciadas por los vecinos y EUPV, que ayer volvió a pedir la retirada del texto y la negociación de uno nuevo.