­­La Confederación de Asociaciones de Vecinos de la Comunitat Valenciana (Cave Cova) celebró el pasado sábado la asamblea general y, tras un análisis pesimista de la situación, decidió continuar la dirección marcada hace un año, cuando la entidad se planteó dejar a un lado las reivindicaciones de «siempre» (problemas puntales de urbanismo, falta de limpieza, contaminación acústica...) para centrarse en una labor social de ayuda directa al vecino. Y en esas están.

Hace un año Cave-Cova anunció el proyecto «Entre Vecinos». ¿Cómo está funcionando?

Está funcionando muy bien pero ya estamos desbordados. Vamos, como Cáritas, Casa Caridad... Desde enero tenemos dos tiendas solidarias (en la asociación de vecinos de Benicalap y en la de la Cruz Cubierta, aunque participan varias entidades) y atendemos a 100 familias y a unas 300 personas.

¿Cómo funcionan? ¿Cómo un economato?

Funcionan a través de la solidaridad vecinal. Exclusivamente. Cuando uno va a hacer la compra, adquiere un poco más y lo deja en la asociación. Pero el beneficiario no viene a por la comida y ya está. Allí le informan de la existencia de un gabinete jurídico gratuito para asesorarles y de los nuevos talleres de inserción socio-laboral que estamos llevando a cabo. Hoy (por ayer) ha empezado el primero. El objetivo es conseguir empleo, porque ese es el drama de esta crisis. ¿Cómo van a conseguir trabajo 5 millones de parados? La gente lo está pasando realmente mal y tampoco sabe qué hacer.

Banco de alimentos, talleres de empleo, asesoramiento jurídico... ¿Por qué asumen competencias que son de la Administración en lugar de reivindicarlas?

Seguimos reivindicando, vamos a todas las manifestaciones, estamos en todas las plataformas, y no vamos a parar... pero la situación se agrava a diario y no hay soluciones encima de la mesa. Si los políticos no dan respuesta tendremos que buscarla nosotros, o al menos intentarlo, porque ya hay gente que pasa hambre y eso es una vergüenza.

¿Y no reciben ningún apoyo de la Administración? Ya que están echando una mano...

Aplauden nuestra labor. Simplemente. Por ejemplo, las tiendas solidarias las tenemos en las dos sedes de las asociaciones vecinales y el Ayuntamiento de Valencia ha sido incapaz de cedernos uno de los múltiples locales que tiene para ese fin.

¿Y cómo afecta la crisis a los barrios?

Nosotros estamos viendo cómo se va acentuando la marginalidad en barrios que antaño no lo eran. Los vecinos vemos la transformación. Comprobamos a diario el fin el pequeño comercio. ¿Y que hacen los ayuntamientos? Liberalizar los horarios de las grandes superficies. Vemos a familias enteras sin ingresos que pierden su casa pero ¿se expropian las viviendas vacías a los bancos? Pues deberían. Y encima presentan una ley educativa que generará más marginalidad y otra de Régimen Local que distanciará más al ciudadano de su ayuntamiento. La calidad de la democracia se ha reducido mucho.

Manifestarse o protestar... ¿no sirve de nada?

Nosotros acudimos a todas las manifestaciones y hay que salir a la calle, pero los políticos no hacen ni caso. Aunque sea evidente el malestar de la sociedad.

Entonces.. ¿qué queda?

Está la vía de los antisistemas, de la que yo no soy partidario porque pueden surgir grupos peligrosos para la democracia, o castigar a los políticos en las urnas. Y mientras tanto, ir haciendo camino, que es lo que nosotros estamos haciendo ahora.