El concejal del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Pedro M. Sánchez, ha denunciado que el consistorio ha pagado este año 563 facturas de ejercicios anteriores por valor de más de 31 millones de euros.

En un comunicado, los socialistas han criticado que el Gobierno municipal "mantiene facturas en los cajones" y han advertido de que esta práctica "supone no poder atender los gastos de 2013".

El edil ha informado de que se trata de facturas de los años 2009, 2010, 2011 y 2012 que corresponden a "gastos de funcionamiento e inversiones pendientes de pago, como los 8,4 millones del Pont de Fusta o algo más de 2 millones en expropiaciones".

Sánchez ha indicado que los gastos de funcionamiento corresponden a la mayoría de servicios municipales "incluyendo 7,5 millones de gastos de alumbrado", y ha agregado que también se han abonado "facturas por alquiler de vehículos de 2011 o la tasa de alcantarillado de 2010 a EMIVASA".

Ha recordado que en 2012, el Ayuntamiento de Valencia solicitó "créditos por 183 millones de euros para pagar facturas pendientes de otros años".

A su juicio, el "afloramiento de nuevas facturas pone de manifiesto que esta cantidad no era suficiente ya que el Ayuntamiento sigue pagando con retraso".

"Posiblemente nadie en el equipo de gobierno sepa con certeza cuantas facturas quedan", ha apuntado el edil del grupo municipal socialista.

Además, ha advertido de que esta práctica "se acaba de repetir en la Fundación Deportiva Municipal con otra relación de 37 facturas que suman 115.047,73 euros".

Para Sánchez, "lo más grave de este caso es que han aflorado facturas de 2010, 2011 y 2012, es decir, no son facturas de los últimos meses del año anterior, excusa del equipo de gobierno habitualmente".

El edil socialista ha exigido al equipo de Gobierno que "atienda las recomendaciones del Síndico de Cuentas, Rafael Vicente Queralt, en alusión a la advertencia sobre que los reconocimientos extrajudiciales de obligaciones se están convirtiendo en una forma normal de pago, cuando la ley dice que es un método excepcional".

"Queralt lo atribuía a la falta de control interno y a decisiones políticas inadecuadas y parecía que estaba hablando de Rita Barberá", ha ironizado Sánchez.