La falta de aportes de agua de calidad para regenerar la Albufera, junto con la elevada concentración de lodos tóxicos y metales pesados que se acumulan en el fondo del lago, son sin lugar a dudas factores que juegan en contra de su candidatura como «Reserva de la Biosfera». Se trata de una declaración que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, intenta impulsar desde 2008 como un valor añadido para este enclave natural, que ya goza de protección por parte de la Unión Europea al estar incluido en la red Natura 2000.
El reconocimiento como Reserva de la Biosfera sería el paso previo a la declaración del humedal como Patrimonio Natural de la Unesco.
Sin embargo, la propuesta ha despertado nulo entusiasmo en los municipios que rodean el espacio natural Albal, Albalat de la Ribera, Alfafar, Beniparell, Catarroja, Massanassa, Sedaví, Silla, Algemesí, Cullera, Sollana y Sueca. Tal como informó este diario, ninguno de los ayuntamiento de los municipios ribereños, de uno u otro color político, se ha adherido a la eventual candidatura de la Albufera como Reserva de la Biosfera.
La candidatura del Parque Natural de la Albufera como Reserva de la Biosfera fue lanzada en 2008 por Rita Barberá que llegó a reunirse con representantes de la Unesco para conocer los requisitos y trámites de la declaración y remitió a sus vecinos un informe justificativo de la candidatura para que recibiera adhesiones formales.
El ayuntamiento, propietario del lago de la Albufera desde 1911, considera que la declaración del lago como Reserva de la Biosfera y Patrimonio Natural de la Unesco sería el colofón a un proceso de regeneración ambiental en el que se han invertido 80 millones de euros.
