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Pétalos para la Custodia en Ciutat Vella

La procesión vespertina cierra los actos del Corpus Christi con un emotivo desfile por las calles del centro histórico

Pétalos para la Custodia en Ciutat Vella

Ciutat Vella salió ayer a la calle en el acto más solemne de la fiesta del Corpus Christi en Valencia, la procesión vespertina. Pese a la amenaza de la lluvia, finalmente no hizo acto de presencia y la Custodia de la Catedral, que es la más grande del mundo y que fue realizada con 600 kilos de plata y ocho de oro que pagaron los fieles valencianos en la posguerra, recorrió el centro de la ciudad. A su paso las cerradas y estrechas calles se llenaban de pétalos de rosa y del olor a incienso.

Se trata del acto más emotivo. La marcha la abre la Senyera y después es el turno de los personaje sdel Antiguo Testamento, encabezados por el arcángel San Miguel y con algunos tan conocidos como Noé conocido popularmente como «el agüelo Colomet», Jacob y las doce tribus de Israel a los que se conocen por el nombre de «els Blanchs» y Moisés y Aaron con las tablas de la ley y el Arca de la Alianza.

Tras ellos vienen los personajes del Nuevo Testamento y de algunos de los elementos más esperados: la barca de San Nicolás, de 3,5 metros de alto, la «Cuca Fera», que representa al demonio dominado por Santa Margalida, la «Tarasca», que aparece casi al final y que es un dragón con cara de serpiente, las tres águilas y «el Drac», que no es otro que el de Sant Jordi. La Custodia cierra la marcha. La enorme pieza barroca está llena de perlas y piedras preciosas y es el elemento más aplaudido por los cientos de fieles que, desde primera hora de la mañana, bajan a las calles a colocar sillas que por tradición nunca se roban ni se quitan para poder ver el desfile en primera persona. La Custodia avanza flaqueada por jóvenes con vestiduras del siglo XVI. A su paso, el cielo se llena de los colores de los pétalos que caen de los balcones.

Las Roques vuelven a casa

Antes de la procesión, que rozó la posibilidad de ser caustral y celebrarse dentro de la Catedral por el riesgo de lluvia, fue el turno del traslado de las Roques de la plaza de la Virgen a la Casa de las Rocas junto a las Torres de Serranos y de las «danses» por el mismo recorrido de la procesión. Fue una marcha accidentada, en el caso de las Roques, ya que al menos un caballo se resbaló con los adoquines y cayó al suelo. El animal no sufrió daños y pudo continuar el recorrido. Los organizadores colocan serrín, sobre todo en las curvas, para que las pezuñas herradas de los caballos no caigan al suelo.

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