La Cruz de Mayo vuelve a la plaza del Ayuntamiento

La participación en el concurso de Lo Rat Penat vuelve a dispararse con la participación de 85 fallas y entidades vecinales

Cruz de Mayo del año 2014, una de las últimas que se plantó en el Ayuntamiento

Cruz de Mayo del año 2014, una de las últimas que se plantó en el Ayuntamiento / RLV

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El Ayuntamiento de València ha anunciado lo que, en campaña electoral, se había verbalizado en caso de cambio de color municipal: la recuperación de la Cruz de Mayo Municipal. Al igual que las que participarán en el concurso de Lo Rat Penat, la puerta principal de la casa consistorial tendrá instalada, a partir del 3 de mayo, una cruz floral.

Esta tradición es una alegoría al hallazgo en Jerusalén de la Santa Cruz. La tradición o leyenda lo atribuye a Santa Elena, la madre del emperador Constantino, trescientos años después de la crucifixión de Jesús. Razón por la que se la considera patrona de la Arqueología. Dos milenios después, la Cruz de Mayo (el mes del hallazgo) se celebra en diferentes ciudades tanto en la Comunitat Valenciana -en Burriana, por ejemplo, también es una costumbre muy arraigada- como sobre todo en Andalucía, con Granada y Córdoba como ciudades más destacadas en este arte. 

La cruz dejó de plantarse en el Ayuntamiento en 2016, con motivo del cambio de color del gobierno municipal. Aunque, precisamente, la ayuda económica a este concurso fue una de las líneas que le mantuvo el consistorio a Lo Rat Penat, dentro del drástico recorte que le impuso. 

Ahora, la Casa de la Vila también la recupera y permanecerá bajo el balcón durante varios días, hasta que empiece a marchitarse. En palabras de la concejala de Fiestas, Mónica Gil, "es parte de nuestra identidad y patrimonio cultural". 

La participación vuelve a "explotar"

Lo Rat Penat cuenta, según cifras dadas a conocer por el Ayuntamiento, con la participación de 85 cruces a concurso. Se trata de una cifra excepcional y que no hace más que confirmar la recuperación de esta tradición, movida fundamentalmente a través de las comisiones de falla, así como hermandades, parroquias o asociaciones vecinales. El pasado año fueron 63 las participantes, en lo que era el mejor resultado de la última década, después de que la crisis económica amputara literalmente la costumbre, que había llegado a superar el centenar de cruces en tiempos de bonanza, dejándolo en la mitad. El incontestable auge de la actividad festiva ha traído consigo la nueva ola ascendente de colectivos que convierten la Cruz de Mayo en una actividad recreativa más: no solo consiste en plantar la flor, sino en desarrollar actividad social a la hora de confeccionarla. 

La "dansà de la Creu" de la falla Joaquín Costa-Burriana

La "dansà de la Creu" de la falla Joaquín Costa-Burriana / RLV

Flores y "dansà de la Creu"

Otra de las novedades que empieza a vislumbrarse es que la "plantà" de las cruces se acompaña de folclore. Para eso, la Agrupación de Fallas del Carmen lleva ya doce años organizando la "Dansà de les Creus de Maig". En este caso, el día 4, recorriendo las calles del barrio. Lo mismo se hará en la demarcación de Ministro Luis Mayans-Platero Suárez para recibir su obra floral. Pero, por ejemplo, este mismo jueves hay dos "dansaes" para recibir las cruces de Joaquín Costa-Burriana y Jacinto Benavente-Reina Doña Germana. 

El día 3, los jurados visitarán las demarcaciones y pondrán en valor los criterios que aparecen como mérito: la cantidad y calidad de la flor -que ha de ser natural-, las rarezas de las especies vegetales y florales, la composición cromática, la simbología, los elementos y la flora autóctona, la presencia de agua, los elementos estructurales, el diseño, la innovación, la originalidad y, en general, todos aquellos detalles que ayudan a realzar la imagen de la Santa Cruz.