La calle Luis Santángel tiene una particularidad. Es la única de l'Eixample que conecta el centro histórico con el bulevar sur. Se trata de una calle larga que comienza en Hernán Cortés, sigue por Maestro Gozalvo y Luis Santángel y llega hasta General Urrutia.
Este trazado con continuidad fue entendido por los redactores del plan general de ordenación urbana de 1966 como una ventaja, una potencialidad a explotar. Así se proyectó una modificación de la trama reticular típica de l'Eixample para generar una gran avenida. Para ello se aprobó el retranqueo de la fachada oeste de la calle Luis Santángel, cuyo ancho quedaría así equiparado al de General Urrutia.
Este planeamiento desarrollista impuso un retranqueo en el parcelario que dejaba fuera de ordenación los edificios modernistas ya existentes. Así las cosas, la fachada oeste de Luis Santángel presenta varios retranqueos similares al del edificio de los números 10-12 diseñado por Emilio Giménez, que también firmó otras promociones de esta misma calle.
Dos décadas después, el PGOU de 1989 volvió a la situación de partida, sin embargo, el edificio de viviendas de Emilio Giménez y otros ya estaban construidos según el ancho estipulado en el planeamiento anterior.
Este y otros retranqueos que se producen en Luis Santángel son, para el colectivo Crearqció, un espacio público desaprovechado, que los vecinos y comercios podrían colonizar, por ejemplo, con terrazas, y que estéticamente podría mejorarse con un tratamiento adecuado de las medianeras desnudas.
El arquitecto David Estal asegura que incluir la finca proyectada por Emilio Giménez en Luis Santángel en la exposición sobre edificios singulares de los años 70 que se puede ver estos días en la Escuela de Arquitectura de Valencia se debe a que es un edificio que ilustra hasta qué punto una promoción privada puede estar condicionada por un planeamiento. El retranqueo de varios metros de este edificio es una «herida urbana» fruto de las ambiciones desarrollistas que permanecerá para siempre en la trama histórica.
