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Divagaciones

Palacio de los Condes de Daya Nueva (I)

Palacio de los Condes de Daya Nueva (I)

Quiero traspasar el gran portal del palacio de Cavallers 33, donde se yergue el escudo de piedra de los Cirat. Quiero abrir las verjas que dan paso a un patio con arcos góticos y un silencioso pozo de piedra. Subir las escalinatas del Renacimiento español, presididas por el escudo de los Dasi: tres conchas de oro, bien ordenadas sobre campo azul. Quiero acceder al bello recibidor gótico con suelo de mosaico valenciano y recorrer los salones testigos de nobles apellidos que cumplieron su destino, y atravesarlos, perdida en el tiempo: el Isabelino, salón rojo, por las tapicerías de ese color y artesonado de madera, estilo Renacimiento; el denominado, salón dorado Luis XV con tapices dieciochescos. Me detengo en el salón de baile y escucho música y risas, cuchicheos que no me llegan€ pero permanecen entre misteriosa niebla de muchos pasados, de muchos momentos, de vidas personales y públicas imposibles de esclarecer. Muchas fiestas fueron famosas en este palacio. El día de San Vicente de 1911 celebró su santo el conde de Daya Nueva. Sonidos de carruajes llegan hasta mí y puedo percibir el perfume de flores que adornarían los salones afrancesados que conservan ocultos, interesantes artesonados policromados, que remiten a un antiguo pasado.

Lentamente accedo al salón de cartas o salón azul con una gran chimenea de madera labrada... Me adentro en el comedor inglés recubierto de madera con los escudos de armas de la familia, a continuación un invernadero de techo acristalado de principios del siglo XX.

En la cocina me asombro ante un hermoso panel de cerámica valenciana de escenas costumbristas. Allí guisaba Marieta, la famosa cocinera de los condes de Daya Nueva que, en actos puntuales, era requerida por muchas familias para que preparara sus exquisitos guisos. ¿Se estableció por 1950 el primer catering en Valencia?

El tiempo confunde y se entremezclan los años€ En esa cocina se elaboró un menú para el entonces Príncipe de Asturias, D. Juan Carlos de Borbón y su hermano el Infante D. Alfonso, una comida privada en septiembre de 1953, cuyo menú consistió en: «Huevos Cardenal», seguido de «Centros de solomillo Princesa» y de postre «Bavaroi Renacimiento». Vino reserva 1917 de Marqués de Murrieta, M. Lacort, reserva 1904 y cava Royal Carlton semiseco, café y licores.

Fue un palacio abierto a recibir y albergar toda clase de personalidades. A finales del siglo XV, el palacio hospedó al Infante Enrique de Aragón, Duque de Segorbe, conocido con el nombre de Enrique Fortuna.

Doña Germana de Foix, se alojó en 1506, tras su boda con Fernando el Católico, antes de habitar el Palacio Real.

En junio de 1925, presenció la procesión del Corpus el Infante D. Alfonso de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Y en 1954, el Embajador de Estados Unidos.

Desde la calle observo la importante rehabilitación del arquitecto Cortina a finales del XIX. El palacio conserva su disposición original, en cuyo entresuelo estuvo ubicada la tipografía de Federico Domenech; redacción y administración de Las Provincias.

Quiero volver a este palacio que fue de los Centelles, condes de Oliva, de los Catalá y Cirac, hasta llegar a los condes de Daya Nueva€ Quiero volver y aproximarme al conocimiento de aquellos que formaron parte de la historia de nuestra ciudad.

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