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La festividad de la Mare de Déu

Una marea de fieles para la patrona

Miles de valencianos acuden a los actos en honor a la Mare de Déu y abarrotan la plaza de la Virgen durante el tradicional «trasllat» de la imagen de la Basílica a la Catedral - La Cruz Roja atiende a 30 personas por lipotimias y a 18 por golpes de calor

Valencia volvió ayer a rendirse a su patrona. Frisaban las 10.30 horas cuando desde la plaza de la Virgen se elevaron «viscas», llantos y piropos para la Mare de Déu, en el tradicional «trasllat» de la imagen peregrina que conforma el punto álgido de los actos en honor a la patrona de Valencia. Fue, también, el momento más esperado para los miles de valencianos que abarrotaron la plaza de la Virgen bajo temperaturas superiores a los 30 grados que provocaron una treintena de atenciones de la Cruz Roja por lipotimias.

Pero todo valía la pena con tal de ver a la Mare de Déu. Año tras año, la devoción no para de crecer y decenas de niños fueron llevados ayer, en una práctica tan arriesgada como arraigada, en volandas de mano en mano para tocar el manto blanco de la talla, elaborado por Mari Carmen Ramo Andrés tras la promesa que le hizo a su hijo el pasado año en la misma plaza.

Porque eso forma parte también de la fiesta: las promesas. Buena parte de los asistentes ayer al «trasllat», a la Descoberta y a la misa posterior se llegaron hasta la plaza para cumplir promesas realizadas a la Mare de Déu dels Desemparats. Curaciones, empleos y todo tipo de problemas solucionados, según los fieles, por intercesión de la patrona llevaron ayer a miles de personas al centro de Valencia. Cientos de ellos salieron a lo largo de la madrugada de localidades como Paterna, Bétera o Moncada para recorrer a pie la distancia entre sus municipios y Valencia. Maneras de cumplir promesas.

El recorrido de ayer, aunque pareció rápido al principio, acabó terminando en poco menos de media hora, cuando la imagen entró en la Catedral para la misa pontifical. Los «eixidors» de la Mare de Déu conformaron desde el primer momento un férreo cordón humano que se abría paso entre la marea de gente empujones para recorrer la distancia entre la Basílica, rodeando la fuente del Turia, y la Catedral. La presión se redujo al entrar en la calle Micalet, que por cuestiones evidentes de anchura concentraba menos fieles enfervorecidos.

Problemas con el calor

El calor hizo estragos. Ya es habitual que el sol pegue con fuerza sobre la plaza el día más importante en el calendario litúrgico valenciano, sobre todo desde que el Ayuntamiento de Valencia no puede extender el toldo por la negativa de los vecinos del número 1 de la plaza de la Reina. Cruz Roja atendió un total de 58 personas, 30 por lipotimias y 18 por golpes del calor. Hubo que trasladar a una mujer al hospital tras una caída en la que se lastimó una muñeca.

Entre las autoridades presentes en estos actos estaban el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y varios miembros de su su gobierno; así como el presidente de las Corts, Alejandro Font de Mora; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Serafín Castellano. En honor a la «Geperudeta», las campanas de la torre del Micalet voltearon para anunciar los diferentes actos celebrados a lo largo del día.

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