La situación del Trinquet de Pelayo llega hoy a las Corts Valencianes. El presidente, Enric Morera, recibirá en audiencia junto a los síndicos de los diferentes grupos parlamentarios, a la concejala de deportes de Valencia, Maite Girau y a los representantes de la Federació de Pilota Valenciana, con el futuro del histórico recinto sobre la mesa. En la reunión se entregará a los portavoces del legislativo autonómico un manifiesto en el que se reclama a todas las administraciones autonómicas que aúnen esfuerzos no sólo para que no se cierre esta catedral de la pilota, sino para que se reactive su actividad y se amplie. El objetivo que se persigue es que Pelayo se erija «en un centro neurálgico de la pilota en la ciudad», tal como adelantaban ayer fuentes de toda solvencia. De prosperar esta iniciativa, la actual explotación profesional daría paso también a la entrada de escuelas de pilota, a más presencia de las fallas o que los colegios pudieran impartir algunas de sus clases de pilota entre paredes con siglo y medio de historia. Incluso si para ello hay que recurrir a la municipalización de Pelayo, dotándolo de actividades deportivo-sociales.
A la cita de hoy, en el Saló dels Espills, se llega con el consenso de los principales actores de este deporte autóctono, tanto del mundo profesional como del aficionado. En la comitiva habrá representantes de Escala i Corda, del Raspall, de los trinquetes, incluído el de Pelayo, de la Federació Valenciana de Pilota, con José Luis López a la cabeza, así como de Val-net. El objetivo es transmitir una idea de máxima unidad entre todos los implicados en «la promoción y difusión» de esta seña de identidad propia que le valió ser declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial por la Generalitat Valenciana en 2014. Levante-EMV pulsó ayer las opiniones de varios jugadores que coincidieron al señalar con rotundidad: «La pilota necesita más apoyo del que tiene ahora si queremos que tenga futuro y un prestigio de sus profesionales como ocurre en el País Vasco, donde las primeras figuras pueden vivir de esto y son ídolos».
Garantizar y fomentar el BIC
Precisamente la catalogación como BIC obliga al ejecutivo autonómico y al resto de instituciones a garantizar su protección y fomentar su práctica, así como los aspectos lingüísticos, culturales, sociales y etnográficos relacionados con el juego. La pilota valenciana es un deporte propio y específico de la cultura valenciana, que se practica en todo el territorio de la Comunitat y que constituye «un símbolo de la identidad valenciana, así como una muestra de la riqueza y diversidad social y cultural». Así lo quiso el anterior Consell, entonces presidido por Alberto Fabra, lo que otorga a la pilota el grado de protección más elevado establecido en la Llei de Patrimoni Cultural Valencià.
La declaración de BIC, se especificó en septiembre de 2014, afectaba no sólo a la propia denominación del juego «pilota valenciana» sino también a pilotaris, trinqueters, artesanos y profesionales vinculados a los oficios tradicionales específicos del juego autóctono. Asimismo, la decisión del Consell obligar a proteger todas las modalidades que se practican: escala i corda, raspall, llargues y galotxa, así como la reglamentación, los trinquets o el vocabulario particular en valenciano de esta práctica propia.
