La Fiscalía pide 9 meses de prisión para el hombre que presuntamente echó durante varios meses sal en el rostro de su mascota para «curarle las heridas» hasta desfigurarle el rostro y dejarla casi ciega, según denuncia el Partido Animalista (Pacma), que ejerce de acusación particular en el juicio que se celebró ayer Valencia

Los hechos por los que se juzgó a Antonio F. ocurrieron en 2011. El acusado adoptó en junio de ese año a Nala, una perra que era propiedad de un compañero de trabajo que no podía hacerse cargo del animal. El anterior dueño del perro asegura que cuando se lo entregó le dijo que padecía una enfermedad, cuyo origen no estaba claro, por la que le salían erupciones en la piel y le dieron en mano el tratamiento médico para curarle si eso sucedía.

Durante los primeros meses, el perro estuvo en buen estado pero, según los denunciantes, a partir de septiembre de 2011 Nala sufrió un brote de esa enfermedad. En lugar de llevarla al veterinario y medicarla, Antonio F. pasó tres meses echándole sal y agua en la cara hasta que le desfiguró el rostro por completo y le dejó casi ciego y al borde de la muerte. Sin embargo, según la versión del acusado, el perro solo estuvo enfermo las dos últimas semanas en las que estuvo con él y le curó las heridas «con Betadine», sin llevarlo al veterinario porque no tenía dinero. Negó cualquier tipo de de maltrato y aseguró que estaba «muy encariñado» con el animal y no se hizo responsable de las graves heridas que presentaba, que según él fueron causadas por los «arañazos» que él mismo se hacía.