La Concejalía de Jardines del Ayuntamiento de Valencia ha comenzado a abatir palmeras que se encuentran en mal estado para evitar nuevos desplomes en la vía pública y sus posibles consecuencias, hasta el momento mínimas para el riesgo que conlleva. Ayer mismo se taló una en la calle Rugat y hoy está previsto que se corten dos en la calle Guardia Civil. A continuación les llegará el turno a una de la Alameda y a dos más de la calle Doctor Lluch.

Sólo en la última semana se han caído dos árboles y dos palmeras de gran envergadura. Se reproduce, por tanto, la situación del año pasado y la nueva concejala de Jardines, Pilar Soriano, ha decidido tomar medida preventivas.

Dado que en el verano el problema se concentra en las palmeras (los árboles caen durante todo el año por igual) y visto que los ejemplares afectados son siempre datileras hembra, los servicios de jardinería han comenzado por ahí. Según explicó Soriano, ya se han reconocido las 110 palmeras monumentales que hay en la ciudad, todas ellas de más de 12 metros de altura, y estos días se recorren las otras 900 palmeras que pueden presentar también algún tipo de riesgo.

El trabajo se centra en descargar las palmeras de dátiles y eliminar los nidos de cotorra, que llegan a pesar hasta doscientos kilos. En total, se han sacado a la calle 12 brigadas de poda de tres personas cada una, además de otras 4 que trabajarán por la noche.

En paralelo se han puesto en marcha medidas para paliar los problemas acumulados en los últimos años. Soriano recordó que las palmeras «son seres vivos» que no han tenido un tratamiento ni una planificación óptima con los gobiernos del PP. Árboles de 10 metros con un alcorque de 1 metro, recortes en jardinería, ausencia de baldeos en las calles y la falta de lluvia son los males previos que hacen que cuando llega el calor el arbolado ceda.

Frente a ello, se ha decidido sacar medios de riego a la calle para remojar las palmeras en la base y en el tronco y cuando se tengan informes del estado del arbolado se pondrán en marcha medidas coordinadas entre los servicios de jardinería y limpieza para revertir la situación de la masa verde, que en Valencia tiene una media de entre 30 y 40 años, una edad muy alta si se tiene en cuenta que los ejemplares que están en la calle reducen su vida a la mitad.

Parece estar claro, por último, que por el momento no se seguirán plantando palmeras.