Calles como Barón de Cárcer o Marco Merenciano pueden tener los días contados. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, insistió ayer en su deseo de eliminar las calles con nombres franquistas de la ciudad. En concreto, Ribó habló ayer de más de cien vías que hacen referencia a personajes relacionados con el franquismo y que habría que cambiar para cumplir la Ley de Memoria Histórica, «no sólo por obligación, sino porque estamos totalmente de acuerdo con ella».

«Los grupos PSOE, Compromís y en su momento Esquerra Unida hemos estado trabajando sobre más de 100 calles de la ciudad; se realizó un informe favorable tanto por parte de la Facultad de Derecho como de la de Geografía e Historia de la Universitat de València para que determinados nombres se cambien porque no cumplen la Ley de Memoria», explicó Ribó, que recordó que hace tres años y medio presentó una moción pidiendo «que el gran dictador de este país Francisco Franco dejara de tener el título de alcalde honorífico; no lo aceptaron, lo llevamos a los tribunales y ganamos».

En cuanto al callejero, Ribó reiteró su voluntad de cumplir las directrices que marca la normativa en vigor «porque queremos dignificar la ciudad de Valencia de manera que no tenga nombres de personas vinculadas directamente con el franquismo y con la represión». Ribó concluyó señalando la importancia de emular a los países democráticos en aspectos como este. «Si uno va a Alemania no ve ningún nombre relacionado con Adolf Hitler; si uno va a Italia, no ve ningún nombre relacionado con Benito Mussolini; queremos ser democráticos como estos países», dijo.

Estos nombres franquistas pueden ser sustituidos por los de Vicent Miguel Carceller, editor de «La Traca», y Amado Granell, comandante de la unidad de republicanos españoles que liberó París y que entró en el Nido de Águila de Hitler en las prostimerías de la Segunda Guerra Mundial. El primer teniente de alcalde de Valencia, Joan Calabuig, así lo aseguró ayer tras recibir a la nieta del editor Tina Rabanal Miguel; al coordinador del Grupo Para la Recuperación de la Memoria Histórica, Matías Alonso; y al decano de la Facultad de Periodismo de Castilla-La Mancha y autor de la biografía dedicada a Carceller, Antonio Laguna. «El gobierno municipal estará encantado de que Carceller tenga su calle en Valencia y haremos todo lo posible para que se pueda difundir su obra», aseguró Calabuig, que insistió en que la ciudad ha de «reivindicar la obra» de este editor y «poner una calle siempre es una buena ocasión para que la gente lo conozca y sepan lo que aportó a la cultura valenciana y a la modernización de la prensa». Por eso, Calabuig planteó que el nombre de Carceller «ocupe un lugar relevante y digno» en el callejero de la ciudad „Alonso propuso la avenida Barón de Cárcer, justo detrás del consistorio„, «una ubicación que ha de tener también Amado Granell, el valenciano que estuvo al mando de los primeros soldados aliados que liberaron París». Para la nueva calle Amado Granell, Alonso propuso la calle Marco Merenciano, paralela a Peset Aleixandre. Precisamente, el doctor Francisco Marco Merenciano fue quien delató al Juan Peset Aleixandre, que fue rector de la Universitat de València entre 1932 y 1934, tal como explica Matías Alonso.