Nunca llueve a gusto de todos. Y la libertad de horarios de apertura en los comercios de Valencia no es ninguna excepción. El pequeño comercio lo rechaza, las grandes superficies y la Federación de Hosteleros quieren que las cosas se queden como están y el alcalde, Joan Ribó, quiere limitar la libertad horaria únicamente a las zonas de «verdadera» afluencia turística, que sitúa en el centro histórico y la zona del Oceanográfico. Y en medio de las peticiones de cada grupo, están los vecinos y compradores.

«A los usuarios nos interesa que abran todos los días porque a veces me hace falta algo un domingo y lo compro pero entiendo que es un fastidio para los que tienen que trabajar». La opinión de Teresa, una vecina del centro de Valencia, resume la sensación que tienen muchos de los valencianos que se sienten «afortunados» de poder comprar el día de la semana que quieran aunque son conscientes de que trabajar en domingo no es una buena opción. «A mí me gusta que se abra en festivos pero está claro que a nadie le gusta trabajar los domingos», cuenta Laura, porque, además, explica, a la gente que trabaja en centros comerciales generalmente no le pagan más por trabajar en festivo.

Sin embargo, también los hay que no solo están contentos por poder comprar el día que quieran, sino que creen que la libertad de horarios es buen estímulo económico. «A mí que haya tiendas abiertas me hace papel muchas veces y, además, con el paro que hay, está bien tener más oportunidades de empleo», cuenta María.

No obstante, son también muchos los que quieren que se vuelva a la situación de antes. Es el caso de José, que piensa que abrir todos los días del año «es un perjuicio para el pequeño comercio, que está en declive» y por eso aboga porque se abra en domingo puntualmente como la campaña navideña o las rebajas. También hay quien piensa en los trabajadores que se ven obligados a trabajar en festivo: «Es abusivo. La gente tiene derecho a pasar tiempo con su familia y los condiciones de los contratos son malísimas», denuncia Juan, que es favorable a que solo se pueda abrir en festivos en el centro histórico: «No sé qué turistas van a comprar a Orriols o a Campanar un domingo, si es que se hace por ellos».

Asociación de vecinos

Por su parte, la portavoz de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María José Broseta, también es contraria a la apertura en festivos porque «hay que priorizar la conciliación familiar» de los trabajadores. Broseta explicó ayer que en el caso de los pequeños comercios, si abren los domingos «los dueños no tienen ni un día de descanso a la semana». Además, negó que esta apertura se realice en atención a la demanda turística porque «un turista no va a comprarse una nevera o un microondas un domingo, lo único que quiere es un souvenir» y no ir de compras. «Los de aquí podemos comprar igual un sábado o un lunes», explicó la portavoz de los vecinos, por lo que rechaza la libertad horaria en toda Valencia amparándose en una afluencia turística que, a su juicio, no es real.