El servicio de disciplina urbanística del Ayuntamiento de Valencia amaneza con incluir en el registro de solares el edificio del número 26 de la calle Sorní que lleva siete años apuntalado y con un andamio que invade la calzada. El ayuntamiento ya dió en enero un ultimatum a los propietarios de la finca, ubicada en una de las calles más comerciales y exclusivas de l'Eixample, para que actuasen sobre el edificio, cuyo estado de conservación es precario, pese a contar con nivel 2 de protección patrimonial.

El ayuntamiento obligó en 2008 a los propietarios, una empresa promotora valenciana, a llevar a cabo una intervención de urgencia en la fachada de este inmueble «motivada por el peligro de desprendimientos a la vía pública». El último inquilino del edificio se marchó en 2004 y desde entonces el edificio está cerrado.

Las quejas de los vecinos y comerciantes de la calle son constantes, tanto por las pérdidas que ha supuesto la presencia del andamio para las cafeterías y tiendas como por la invasión de la acera, que obliga a los peatonales a bajar a la calzada por la que circulan los coches. Ante esta situación el ayuntamiento obligó a la empresa a instalar unos bloques de hormigón para facilitar el paso de los peatones sin peligro atropello.

Los dueños de la cafetería con terraza que hay pegada al andamio han intentado disimular la presencia del andamiaje decorandolo con un trampantojo „que imita los edificios y el arbolado de la calle„.

El ayuntamiento ha dado ahora un plazo de seis meses al dueño del edificio para intervenir. De no cumplir, el ayuntamiento advierte que incluirá el edificio en el registro de solares, lo que le permitirá expropiarlo por la mitad del precio de tasación.