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La sorpresa que esconde San Miguel de los Reyes

La sorpresa que esconde San Miguel de los Reyes

El Monasterio de San Miguel de los Reyes es un edificio poco conocido, situado en las afueras de la ciudad, junto a Tavernes Blanques. Es recordado con dolor por quienes tuvieron allí encarcelados a padres o abuelos cuando fue presidio, uno de los destinos más penosos de tan singular y bello edificio. El monasterio es testigo de un importante período de la historia de Valencia que sería estupendo poder rememorar visitando también el Palacio Real, donde residían la Reina Doña Germana y el Duque de Calabria quienes ordenaron su construcción. Lamentablemente el Palacio Real fue derribado sin que las explicaciones que se recogen, en todos y cada uno de los estudios, acerca del que fuera uno de los palacios más importantes de Europa, resulten convincentes.

Sólo quedan unos pocos restos arqueológicos en los jardines de Viveros en el lugar donde se encontraba el Palacio Real, del que se decía que tenía tantas habitaciones como días el año.

Se levanta sobre un tramo de la Vía Augusta, la que unía Roma con Gades (Cádiz), que posteriormente fue denominado Camí de Morvedre o Camí Reial. Había sido una alquería islámica situada en la huerta que rodeaba la ciudad, posteriormente en el siglo XIV se construyó sobre ella un monasterio cisterciense que se llamó Monasterio de San Bernat de Rascanya. En el siglo XVI el Duque de Calabria cumpliendo el deseo de la reina, que quería tener ahí su panteón, ordenó construir un nuevo monasterio que albergara una iglesia, una escuela de arte y teología y su biblioteca con más de 20.000 volúmenes, consiguió el permiso del Papa para que la orden del Cister abandonase el monasterio y que en su lugar fueran los Jerónimos quienes lo habitasen.

El Monasterio tiene una fachada barroca en forma de retablo con las figuras de San Miguel, San Jerónimo, Santa Paula, el ángel doncel y los tres Reyes Magos, posiblemente obras de Raimundo Capuz, la fachada recuerda el altar de la iglesia, donde están enterrados los duques, en un misterioso lugar que se puede descubrir cada 29 de septiembre, el día de San Miguel, cita obligada para los amantes de los secretos que guarda nuestra ciudad.

Durante la desamortización pasa a propiedad del Estado y se destina a los más variopintos usos, hospital de coléricos, hospicio de mendigos, centro de corrección de mujeres, almacén, escuela de artesanos, destacamento del presidio valenciano de San Agustín, Presidio Nacional de San Miguel de los Reyes hasta 1966, colegio, almacén de embargos y desde 1995, sede de la Biblioteca Valenciana.

Decidieron visitar el Monasterio de San Miguel de los Reyes, Ramón no había estado nunca aunque lo conocía por las confidencias de su abuelo que había estado allí preso, quién le contó muchas veces el terror con que esperaban que llegara «la saca», cuando llamaban a los que iban a ser fusilados en Paterna. Esperando en la puerta se encontraron con Ángeles, también había tenido preso allí a su abuelo. Hace ya diez años que se rehabilitó pero sigue sin resolverse el problema de los accesos al monasterio y la adecuación del entorno. Es una verdadera lástima que un edificio tan hermoso no luzca con todo el esplendor que merece, ¿Cuántas ciudades quisieran tener un edificio así?

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