El puerto de Valencia ha presentado a los vecinos el anteproyecto del nuevo vial semisoterrado que proyecta en la frontera de Natzaret. Se trata de una nueva carretera para tráfico portuario con cinco rotondas en la que se minimiza a través de un paso inferior el impacto de un paso elevado en bucle, que cogía suelo de Benimar, en la zona libre de uso portuario acordada en 1986. Además, se proyecto una zona de arbolado para amortiguar el impacto de la infraestructura. La alternativa al vial inicial fue entregada a los vecinos en la reunión que el nuevo presidente del puerto, Aurelio Martínez, mantuvo el 29 de septiembre con representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos y otros colectivos vecinales del marítimo.

La solución que plantea el puerto no termina de convencer a la Asociación de Vecinos de Natzaret que reclama que el río salga al mar a cielo abierto para evitar más inundaciones o lo que es lo mismo, recuperar la desembocadura histórica que ahora está canalizada y cubierta por una rotonda para el tráfico portuario. El nuevo vial proyectado por el puerto ocupa los terrenos ganados a la desembocadura y no parece probable que una vez construido vaya a levantarse para conectar el viejo cauce con el mar, como reivindican los vecinos y el nuevo gobierno local. De ahí que el presidente del puerto defienda la alternativa de recuperar la desembocadura en la dársena interior (marina real Juan Carlos I).

Los vecinos reclaman al puerto que no acerque más sus carreteras y su tren al barrio, y que el camino de la Punta al Mar no se convierta en un nuevo acceso al puerto. Piden además la construcción de «un gran pulmón verde que proteja al barrio de un puerto que nos quitó la playa en 1986 y tiró de sus viviendas y huertas a más de 100 familias de la Punta».

El barrio de Natzaret, recuerdan los vecinos, «ha sufrido el expolio de la playa y el río para financiar el crecimiento del puerto» y ahora «somos el barrio más empobrecido de todo el litoral». Los vecinos piden al ayuntamiento que defienda al barrio frente al puerto y se abra un proceso participativo para definir los usos en la frontera puerto-ciudad.